Si bien siempre se dijo que pedir perdón cuando corresponde no sólo es lo que hay que hacer sino que reconforta y ayuda a mejorar las cosas, una nueva mirada sobre el tema vino a agitar las aguas de la polémica y sostiene que una disculpa, por más que corresponda, no siempre es la mejor opción. Así, al menos, lo asegura un estudio del Dartmouth College y la Universidad de Texas, cuyos investigadores encontraron que decir “lo siento” después de haberle fallado a una persona no es la solución ideal. Es más, según el trabajo, en muchos casos empeora la situación y genera una tensión aún mayor.
Para llegar a tal afirmación y generar así la polémica, los hacedores de la investigación reunieron a miles de personas con la idea de llevar a cabo distintos experimentos y test de personalidad. En uno de ellos, cuando se les pidió a los participantes que escribieran “una buena manera de decir que no”, el 39% de los participantes incluyó una disculpa en sus notas con la intuición de que aliviaría el conflicto. Pero lo que parecía que traería alivio no lo trajo tanto. Al contrario: cuando a los mismos encuestados se los puso en la situación opuesta (es decir en la de recibir el mensaje de rechazo), aseguraron sentirse más “heridos” por la inclusión de la disculpa. De esta manera, los investigadores descubrieron que, al contrario de lo imaginado, el pedido de disculpas puede llegar a enojar más todavía al destinatario y provocarlo a buscar venganza.
“En general, la gente no quiere admitir que otro hirió sus sentimientos, por lo que en algunos de los experimentos miramos cuánta gente quería buscar venganza”, explicó el doctor Gili Freedman, líder de la investigación.
Sobre este punto, precisamente, hizo hincapié en el siguiente experimento de la investigación: se les dijo a los rechazados que quien enviaba la nota de disculpas odiaba la salsa picante. Ellos tenían la opción de agregarle o no salsa a un plato que les sería entregado a sus “víctimas”. La gran mayoría no lo dudó: agregó picante a la comida como una suerte de revancha al rechazo anterior.
“Más allá de lo que pueda concluir este estudio -opina la platense Carolina Duontino Martínez, licenciada en psicología - pedir disculpas genuinas siempre es mejor, tanto para el que las pide como para el que las recibe. Lo que no se puede es mentir sobre la necesidad de ser perdonado, dado que ofrecer una disculpa que denota falsedad o que simplemente no es sincera provocará mayor enojo o dolor a quien se afectó u ofendió”.
Para la especialista platense, además, es fundamental tener en cuenta que “una pieza clave del perdón incluye una gran parte de humildad. Al pedir perdón con sinceridad nos será mucho más fácil perdonar a otros, nos volvemos más comprensivos y nuestros lazos afectivos se tornan más fuertes y tolerantes”.
Otro de los aspectos del estudio realizado en EE.UU indagó en la “obligación de perdonar”. Para analizar qué sentimientos despertaba esta situación, mostraron que cuando una persona recibía una disculpa junto con el rechazo, sentía que estaba obligada a perdonar, incluso si así no lo sentía.
Fuente: El Día