![]() La comunidad boliviana en Santa Fe, una historia de 50 años - Cultura y Entretenimiento26/02/2011 Dos profesionales santafesinas estudian las condiciones que propiciaron la llegada de ciudadanos de Bolivia a la ciudad en los años 60. La actualidad de una colectividad que defiende sus raíces
Puntualmente Serafino estudia las estrategias de inserción laboral de los migrantes, mientras que Demarchi investiga la construcción de espacialidad en el cinturón hortícola. La antropóloga explicó que “los primeros migrantes llegaron en la década del 60 y están vinculados al trabajo en las quintas. A partir de ese momento empiezan a construir una serie de relaciones, de redes que permiten que se dé esa migración”. “Con el tiempo –continuó– hay diferentes cambios y transformaciones en esta construcción de las redes sociales porque a medida que va pasando el tiempo también cambian los factores económicos, sociales y culturales que van a incidir en este proceso. Eso modificará lo que tiene que ver con la circulación de la mano de obra y el fortalecimiento de estos vínculos con la región boliviana”. Por su parte, Demarchi apuntó que “la mayoría de estas poblaciones migrantes vienen de Tarija (sur de Bolivia). Ese es un dato que lo vimos a lo largo de todo el trabajo de campo. Además, la llegada de los inmigrantes se va a pronunciar mucho en la década del 70 y tiene que ver con algo que pasa a nivel nacional en cuanto a las dinámicas migratorias. La mayoría de los inmigrantes que llegan al cinturón frutihortícola vienen con procedencia de Tarija, pero no es una trayectoria directa hasta Santa Fe. Sino que en el transcurso de su dinámica y proyecto migratorio pasaron por provincias del noroeste argentino”. “Primero esa mano de obra es absorbida en empleos rurales del noroeste argentino y ante ciertos cambios que se dan en esas economías regionales, llegan a Santa Fe. Por lo general, en un primer momento, lo hacen como peones rurales”, aseguró. Al ser consultadas sobre qué ofrecía Santa Fe para ser el destino final de esa migración, Serafino dijo: “Ofrecía el trabajo de la tierra en las quintas y la posibilidad de tener el acceso a una inserción laboral precaria, como peones, ayudando a los medieros que ya estaban trabajando en la zona y luego como medieros. “Eso permitía que la permanencia en la zona pudiera concretar otras posibilidades de trabajo en otras quintas del lugar y que se empiecen a establecer, entre comillas. Porque esto implicó que los peones que en principio llegaban solos, en su mayoría hombres, al poder asentarse también incorporaban a los integrantes de sus familias”, agregó. La antropóloga aseguró que “eso activa las redes sociales entre algunos familiares y amigos. Quienes deseaban migrar venían en primera instancia de forma temporal y, luego, conseguían acceder a un trabajo más permanente”. En tanto Demarchi dijo que “en esa época lo que caracterizaba al cinturón frutihortícola era el cultivo del tomate, lo que demandaba gran cantidad de mano de obra. En la actualidad es muy bajo el porcentaje que ocupa ese cultivo. A eso también se sumaba el de pimiento y ambos son manuales y requieren mucha mano de obra. La mayoría de los bolivianos que venían en ese momento se dedicaban a embalar el tomate, clasificarlo según los colores. Eso cambió con el tiempo, se optó por cultivos de menores costos y así cambió la localización de la mano de obra”, explicó. Serafino aportó que en las décadas del 60 y 70 “había dos propiedades hortícolas muy importantes que eran La Jujeña y La Fragata, donde había personas dedicadas a buscar a los migrantes bolivianos para trabajar en la zona. Cuando estas explotaciones cerraron, se debilitó un poco la vigencia del cinturón”. “Si bien siguen estando presentes en la zona familias migrantes, la presencia de nuevos migrantes no es tan notoria. Un poco por esta crisis económica que atraviesa el sector y también porque hay otros trabajos que comienzan a pensarse como alternativas. Un ejemplo de esto es la construcción. Eso hace que se vayan concentrando en otras zonas en busca de esas oportunidades”, añadió. Los factores determinantes “Es muy importante la conformación de redes sociales”, dijo Demarchi y agregó: “Los migrantes bolivianos no migraron sólo por cuestiones económicas que expulsaron a estas poblaciones de Tarija. Sino que lo hicieron porque además existía un contacto, un vínculo, información, ayuda de otros migrantes o no que permitió que muchos de ellos llegaran a este lugar”. Serafino asegura que esto “concuerda con las concepciones de migraciones que hay en la actualidad. Las migraciones contemporáneas se piensan desde enfoques que se centran en que no se pueden dar las migraciones si no hay una construcción de redes sociales”. “Es importante tener esto en cuenta. No es que porque exista un problema económico en el lugar de origen o beneficios en otro lugar, la población va a migrar. Se migra porque hay un contexto que lleva a que la población tome la decisión de migrar. Hay un tejido de redes sociales que permiten la inserción laboral de esa población”, señaló Demarchi. “En la comunidad boliviana –prosiguió– es muy característico esto, al menos en la Argentina. En nuestro país la comunidad boliviana es comunidad por lo rico que tiene en sus vínculos sociales y el enriquecimiento de los valores culturales y de identidad como comunidad boliviana. Hay reciprocidad, solidaridad, que son las ideas internas de un tejido social que contiene”. A pesar de tener raíces desde hace unos 50 años, aún resulta difícil la vinculación de la comunidad boliviana con los santafesinos. “En términos de vinculación económica se destaca cierta rispidez en lo que hace al momento final de la producción. No se ponen de acuerdo en la comercialización de las hortalizas. Ahí se presentan ciertos conflictos que tienen que ver, de alguna manera, con discursos que hablan de pensar al boliviano y su lugar en este cinturón hortícola. Por decirlo de alguna manera, se lo piensa en términos de extranjero o local”, dijo Serafino. “De todos modos, a través de ciertos acontecimientos locales, especialmente en Monte Vera, se da un reconocimiento a las primeras familias bolivianas que llegaron y que permitieron salir adelante en este cinturón. En lo que respecta a la sociedad en general, al resto de los santafesinos, creo que todavía siguen muy invisibilizados”, afirmó. Fuente: Diario Uno Santa Fe |
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