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Tras las huellas de un singular naufragio del siglo XVIII - Ciencia y Técnica

07/03/2018

La argentina Dolores Elkin busca reconstruir la historia del Purísima Concepción, un barco que naufragó en 1765 cerca de Tierra del Fuego y cuya tripulación sobrevivió

A comienzos del año 1765, el Purísima Concepción protagonizó un naufragio singular: con el barco destrozado contra las rocas frente a las costas de Tierra del Fuego, la tripulación de 193 hombres logró sobrevivir, convivió con indios de la zona y construyó un nuevo barco con el que pudo llegar a Buenos Aires,
La historia de este naufragio logró cautivar a la arqueóloga argentina Dolores Elkin, quien se propuso reconstruirla. Y recientemente logró un gran paso adelante en ese objetivo al detectar la zona en la que se encontrarían sumergidos los cañones de la embarcación.

Fue en el marco de la última expedición realizada al lugar en el que se registró el naufragio: Caleta Falsa, en Tierra del Fuego. Allí, utilizando un magnetómetro, la científica logró registrar una intensa y delimitada señal magnética que pérmitió demarcar la zona en la que estarían los cañones.
Pero ese avance no fue el único. También, en el marco de la búsqueda de los restos de los campamentos de los náufragos, se encontraron nuevos fragmentos de cerámica de la época y una punta de vidrio tallada con técnicas indígenas.

A la hora de explicar su fuerte interés por reconstruir esta historia, la arqueóloga -que es exploradora de National Geographic, que financión la expedición, e investigadora del Conicet- alude a la singularidad del episodio.

“Es una historia de éxito, más que de fracaso. Normalmente los naufragios vienen con tragedias y finales tristes, pero acá se salvaron todos los tripulantes. Hubo algún fallecido, pero por otras razones. Además, ellos convivieron armoniosamente con la población indígena local. Y con los restos del navío, más madera de la zona, construyeron otro barco”, explica.

La búsqueda exige grandes esfuerzos. Llegar a Caleta Falsa es una verdadera travesía: hay que volar a Ushuaia, desde ahí andar 200 kilómetros hasta Estancia María Luisa, donde acaba el camino y cabalgar tres días hasta Caleta Falsa.

A partir de los nuevos hallazgos se definen, también, los pasos a seguir: entre ellos se cuentan ampliar la excavación en tierra para encontrar más evidencia de cómo era la vida diaria de los náufragos y realizar más intentos de buceo, con mejores condiciones climáticas, en la zona donde la señal magnética distinguió la presencia de hierro.

“Habría que comprobar si están los cañones, cuántos hay, si se pueden sacar y ver si vale la pena sacarlos”, dice la arqueóloga.

Así, 249 años después de registrarse el naufragio, su historia se va rearmando, como un rompecabezas, a partir de la investigación.

En el período de búsqueda de material, Elkin pudo conseguir una copia del diario del naufragio al que distingue como “uno de los documentos más importantes” para su investigación por contar con un relato detallado del accidente y descripciones muy precisas sobre los lugares.

Con esta información, y en el marco de la exploración del Programa Arqueológico Costa Atlántica, en 2014 se recorrió la zona de Caleta Falsa, prestando especial atención a materiales que pudieran formar parte del naufragio. Uno de los hallazgos más importantes en esa ocasión fue una serie de balas de cañón, de hierro. En aquella expedición, también aparecieron fragmentos de cerámica del siglo XVIII. Sin embargo, en ese momento, la expedición tenía que seguir camino y buscar otros barcos.

Y la idea del Purísima Concepción permaneció en mente de esta arqueóloga argentina quien decidió armar un proyecto especialmente focalizado en la búsqueda de los restos del navío e ir un paso más allá: realizar una investigación submarina.

En ese objetivo, cada vez está más cerca de reconstruir la historia completa.

Fuente: El Día

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