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"Estar aquí es lo que siempre había deseado" - Profesionales

20/07/2012

pariGustavo Nicolás Vadamar nos invita a viajar a través de su historia. Una que relata el sueño de un joven de 29 años que anheló vivir en Francia y hoy lo consiguió. Desde hace nueve meses reside en Périgueux donde además de transitar sus callecitas y reconocerse en cada sonrisa, enseña lengua castellana.

“He venido a la ciudad de Périgueux, a 130 kilómetros de Burdeos, Francia, como asistente de lengua extranjera del castellano, en un liceo secundario llamado Bertrán de Born, gracias a un programa de la Embajada de Francia en Argentina. Me inscribí luego de haber estudiado el idioma y haber obtenido el diploma Delf B1 de francés en la Alianza Francesa de Santa Fe, el cual certifica mi nivel de francés a nivel internacional. Por suerte, quedé seleccionado con otros 49 argentinos, los cuales estamos repartidos en toda Francia. Toda mi vida he soñado estar en Francia”. Así comenzó a contarnos Gustavo su amor por ese país. Él, que siempre escuchó, miró y anheló estar allá, hoy nos escribe recorriendo con su vista los balcones, las esquinas y suspirando el aire de su cuidad actual, Périgueux, en Francia.

Desde que llegó, Gustavo aprende con sus alumnos. “Llegué aquí como asistente de lengua extranjera del castellano. Es decir, cumplo las veces de un profesor, y tengo a cargo alumnos de distintas edades -en total son ocho cursos-, con los cuales debo trabajar la expresión oral, proponerles ejercicios para explotar el diálogo, el monólogo, según el caso. El propósito es que los chicos se suelten al hablar y que se les haga más fácil al momento de una experiencia oral en un examen de idioma castellano”.

“Estoy alojado en el colegio en el que desarrollo mis actividades. Tengo una habitación en el internado para mí solo, comparto el edificio con alumnos que están aquí en sus últimos años y son de otra ciudad. Lo bueno de vivir en el mismo colegio es que tengo un contacto permanente con los profesores y alumnos, lo cual hace mucho más ameno el trabajo aquí”, confiesa.

Y siempre se extraña algo...

Como casi todos los que se encuentran lejos de casa, lo que más extraña él es la familia y los amigos, pero también comenta que se añoran otras cosas... “Se dice que para conocer el hogar de uno, hay que irse, para apreciarlo, quererlo u odiarlo, pero que al salir de él, esto genera un movimiento en las sensaciones. Esto me está pasando ahora, a meses de haber salido de mi casa, siento muchas cosas. Extraño cosas que antes no me daba cuenta de lo importante que eran para uno, como el simple hecho de hablar en mi idioma, o la complicidad de éste; comidas simples como una milanesa. Pero, sin lugar a dudas, lo que siempre se extraña es la familia y los amigos. Son ellos los que hacen que no te sientas solo y que sabés que siempre van a estar”. Pero como contrapartida, siempre hay una enseñanza. “Aprendí a disfrutar mucho más los momentos compartidos, los solitarios, pero sobre todo a que uno debe trazarse metas y hacer lo imposible para llegar a ellas. Más allá de haberme esforzado y deseado estar acá, muchas cosas ajenas a mí han ayudado a que esté viviendo todo esto”.

Un mapa, una brújula y acción

Viajes, lugares para recorrer y conocer, pero sobre todo, muchas posibilidades de transporte que te pueden trasladar donde quieras ir... “Aquí el sistema de transporte está muy bien utilizado, tenés muchas opciones para viajar y a buen costo”. Relata el viajero mientras levanta el ancla y comienza a vislumbrar el destino futuro: “Cuando me fui, dejé en pausa mi carrera de diseño gráfico, estaba cursando mi cuarto año como alumno, pero ahora me propuse un nuevo objetivo y es acabar mi carrera aquí en Francia, específicamente en Toulouse, en la universidad de Mirail II. Deseo obtener un diploma francés y quedarme aquí más tiempo trabajando. Pero para eso antes debo obtener un nuevo título de francés para la admisión a la facultad y realizar otras gestiones en Santa Fe para homologar materias”, éste es su próximo proyecto a alcanzar.

Tocando el cielo con las manos

Para Gustavo, estar en Francia es un sueño cumplido... “Estar aquí es como decía al comienzo, lo que había deseado. Haber llegado a cumplir esta idea que se me había metido en la cabeza y verla realizada me otorga ganas de seguir proyectando cosas”, destaca y compone una pausa para salir del pasado y retomar el presente. “Ahora, ya estoy aquí, lo disfruto muchísimo y todos los días trato de aprender algo nuevo, de aprovechar cada momento y lo próximo es cumplir mis nuevos propósitos que me tracé aquí”. Y esboza sobre el final: “Cumplir con tus metas te retroalimenta a proponerte otras y seguir para adelante sin bajar los brazos. Viajar abre la cabeza y te ayuda a darte cuenta de las cosas importantes de la vida, las reales no las vagas o vacías, te das cuenta de con quién estás realmente cerca, a pesar de la distancia y, sobre todo, ayuda a conocerse a uno mismo. También el conocer otras cosas me hizo dar cuenta de que todos somos iguales, aquí, allá o donde sea. Todos corremos con el mismo objetivo: ser feliz. Aunque tomemos diferentes caminos hay que aprender a aceptar al otro. Por eso, creo que no hay que juzgar ni prejuzgar; hay que vivir y dejar vivir, pensar y dejar pensar”.

Fuente: El Litoral

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