La sensación no solo de volar, sino de pilotear un avión, está siendo experimentada por miles de grandes y chicos de todo el país que se acercan al stand de la provincia en la feria Tecnópolis y disfrutan del simulador del avión Guaraní desarrollado por un equipo de técnicos entrerrianos, que está desde el fin de semana.
Cada persona que decide participar, ocupa la butaca del piloto y, primero, debe responder una trivia con algunas preguntas de interés general sobre aeronáutica, software libre, medio ambiente y energía.
Su desempeño en ese primer paso determinará el nivel de dificultad con que comenzará su vuelo. “Quien contesta todas las preguntas mal, arranca con el avión a 3.000 pies de altura en caída libre y debe nivelarlo rápidamente para no estrellarse. El que contesta todo bien parte de la pista del aeropuerto de Paraná”, explicó a EL DIARIO Walter Elías, licenciado en Bioinformática que lidera el equipo que desarrolló el simulador.
ADRENALINA. Grandes y chicos se enganchan por igual, aunque los más jóvenes, acostumbrados a los videojuegos, se familiarizan más rápido. La diferencia está en que no hay que disparar, ni matar para ganar, sino aterrizar con éxito en el destino elegido.
Y la adrenalina aparece a través de elementos físicos: cuando el avión se queda sin potencia entra en pérdida, pierde sustentabilidad y eso se experimenta claramente a través del sonido, de lo visual, del volante que no responde, de las alarmas que suenan.
También aporta realismo que los vuelos se realizan sobre la ciudad de Paraná, con la hora y clima del momento: si aquí llueve, lloverá en ese viaje; si es de noche, el cielo estará oscuro. Y cuando falta oxígeno en la cabina, se recrea una pérdida de conocimiento con la pantalla completamente negra.
SONRISAS. El simulador llegó a Tecnópolis el fin de semana pasado y desde entonces está abierto al público durante las ocho horas diarias en que funciona la feria, de martes a domingo. “Es tanta la gente que se acerca que no pudimos contarla. Hay colas todo el tiempo. El domingo fue impresionante la convocatoria”, describió Elías.
Cada persona está entre 5 y 7 minutos y el desfile no cesa. En promedio, son unos 10 participantes por hora, es decir que se acercan a los 100 por día.
Para Elías, “lo mejor son las sonrisas”. Especialmente las de los chicos y las de personas con discapacidad, muchas de las cuales nunca habían volado y pudieron hacerlo a través del simulador. “Me quedó grabado un señor muy mayor que nos contó que su sueño era pilotear y lloró emocionado porque de alguna manera pudo cumplirlo”, finalizó.
Apoyos e historia
El proyecto del avión multimedial que hoy se puede disfrutar en Tecnópolis comenzó en 2011 con el rescate de un viejo IA50 Guaraní por parte del Aeroclub Ciudad de Paraná, donde Elías instaló los equipos y el software que desarrolló en su empresa, Oro Verde Digital, con la colaboración de miembros del Grupo de Usuarios de Linux (LUG).
El año pasado, el bioinformático contó a EL DIARIO: “Investigamos y encontramos videos del avión. Capturamos el sonido, hicimos un análisis de frecuencias y así pudimos recrear el ruido característico del Guaraní. Lo mismo con condiciones físicas como potencia, peso y centro de gravedad, para lo cual hubo que estudiar el manual”.
El año pasado, en la primera edición de Tecnópolis estuvieron presentes varios aviones históricos de fabricación nacional como el Pulqui 1 y 2, el Pampa y el Pucará, se los podía tocar, pero no se podía “volar” en ellos como sí es posible hacer en el Guaraní.
La presencia del simulador entrerriano en la feria se concretó mediante la Subsecretaría de Ciencia y Tecnología del gobierno provincial. Su titular, Luisina Pocay, confirmó que estará presente hasta el final de la muestra. En el stand son el propio Elías y uno de sus socios, Néstor Ferrarotti, quienes asisten a los visitantes.
Fuente: El Diario