![]() Romina, mecánica platense de alto vuelo - Profesionales26/08/2012
Rodeada de colegas varones, en un contexto tradicionalmente masculino, Romina Torres (34) es la única mujer que repara y mantiene helicópteros en el Aeropuerto de La Plata. Con una vocación que se le despertó durante el estudio de mecánica aeronáutica, no antes, según confiesa, porque en realidad aspiraba a volar y no a arreglar tan complejas máquinas, ahora vive su trabajo con una singular pasión. Si hay un lugar en el mundo destinado a ella, dice, es en los hangares de la dirección provincial de Aeronavegación Oficial y Planificación Aeroportuaria. A Romina esta profesión la tomó un poco por sorpresa. Hizo la primaria; se recibió de bachiller contable y cursó un par de años la carrera de Música en la facultad de Bellas Artes. Pero el arte no era lo suyo. Desde chica mantenía un único sueño, el de pilotear aviones. Esa inclinación y el empuje de un amigo que la aconsejó, la llevaron a largar la Universidad para incorporarse a las clases del Centro de Formación Profesional Nº 403. “Me hice mecánico para volar; nunca me imaginé que me iba a gustar tanto arreglar helicópteros. Ahora hago todo lo que realmente me interesa: trabajo en la mecánica y aunque no soy piloto, cuando puedo vuelo”, dice esta vecina de casi toda la vida de Tolosa recién mudada a una casa de La Loma. La joven fue una de las dos primeras mujeres que ingresaron al Instituto que forma en mecánica de aeronaves y que fue inaugurado en 1980. Luego de superar una prueba psicofísica y presentar los papeles requeridos, empezó a estudiar de lunes a sábados, durante tres años, cómo revisar motores, arreglar hélices y controlar que no haya riesgos a la hora de utilizar un helicóptero. También fue casi una rareza de su género en Alemania, cuando ya trabajando a full en el Aeropuerto platense la enviaron a un curso de especialización de helicópteros BK117 que la Provincia había adquirido. Ese modelo está en el aire desde la década del 70 y según le comentaron los instructores durante las clases Romina fue la tercera mujer de la historia que había pasado por esas aulas de capacitación. “Me llamó la atención, porque yo creía que en Europa ya hacía mucho tiempo que había muchas mujeres en la mecánica aeronáutica, pero evidentemente no es así”, cuenta todavía un poco sorprendida por aquella revelación. Mantener en buen estado helicópteros no es tarea sencilla y requiere de una enorme responsabilidad. No es tampoco un trabajo solitario, por el contrario, necesita de más de un técnico que asegure que nada va a fallar. “Acá se hace un trabajo excelente y todo es en equipo. Yo reviso o reparo algo y un compañero lo inspecciona después; y viceversa, yo inspecciono lo que otro arregla. No queda nada sin chequear y por eso es tan importante que sea buena la relación con la gente con la que se trabaja”, explica. AL RESCATE DE ACCIDENTADOS Los veranos son para Romina tiempos que espera durante todo el año y no, precisamente, porque se vaya de vacaciones. Es que en la temporada estival colabora con los vuelos sanitarios que cubre la intersección de las rutas 2 y 63 (vinculadas a la costa atlántica) y que se llevan a cabo con un helicóptero equipado con la última generación de instrumental médico. Por los accidentes viales, ha visto de todo, desde situaciones insalvables hasta verdaderos milagros. “Hago, con todo un equipo, traslados aéreos de accidentados. No se puede creer que se produzcan semejantes choques; este año fue el peor de todos, y lo que se ve es que la gente es muy imprudente cuando maneja; no termina de tomar consciencia de que las vacaciones son para disfrutar y no para matarse”, comenta un poco indignada por la falta de educación vial que advierte entre los conductores. Estas coberturas se realizan desde un EC145, tan completo en su equipamiento que incluye hasta una incubadora. Para ocuparse del mantenimiento de ese helicóptero también se capacitó y en este caso tuvo que viajar a San Pablo para interiorizarse sobre los detalles mecánicos del modelo. El helicóptero es para Romina el “mejor” medio de transporte y sobre todo en situaciones de emergencia. “Además de ser rápido llega a lugares donde el avión no llega y puede aterrizar en cualquier parte, por eso salva vidas”, resalta. Fuente: El Día |
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