![]() Los cinco indispensables del metal criollo - Cultura y Entretenimiento21/08/2010 Cinco discos de heavy metal argento que no pueden faltar en ninguna discoteca.
Riff también era ver a Pappo en otra faceta. Y tenía además todo aquello que traía Michel Peyronel, por haber viajado y vivido en Europa, por haber estado en las primeras bandas francesas de rock pesado. La imagen de Vitico era increíble: pantalones de cuero, remera negra, pelo muy corto; parecía que había bajado del avión recién. Y en la otra guitarra, acompañando a Pappo, tenían toda la densidad que entregaba un tipo como Boff Serafine. Un guitarrista rítmico descomunal, que después no sólo fue la apoyatura de Pappo, sino que aportó un sonido para Riff, agregándole muchas cosas con su desarrollo y su crecimiento musical. Porque Pappo era dedo, corazón y cabeza, era "dame una Gibson y yo la voy a hacer sonar como pocos en el país", y Boff era los pedales, los efectos, la búsqueda de sonido. Ruedas de metal era un disco que tenía la frescura de algo que llega y es impensado y provoca y rompe con lo que estaba sucediendo. Temas como "Mucho por hacer" eran para usar en la movida. Si uno se sentía rockero y le gustaba el rock pesado, las guitarras distorsionadas y que la batería golpeara, esa canción era una declaración de principios. Estaba "Sordidez", un tema que cantaba Vitico, uno de esos rocanroles que a él le gustan, bien derechitos, con esa manera de tocar que te lleva ahí, dos-tres, y que no deja de tener el machaque permanente entre bajo y batería. Después, "El marqués bajo la luz" se transformó en una de las canciones más queridas de Riff, un track insoluble. "Donde está el marqués / yo me veo los pies / yo me veo los pies bajo la luz", decía la letra. Era un delirio que sólo Pappo podía componer y que tenía en el hecho musical la fuerza de una letra que uno la lee sola y dice: "¿Quién carajo escribió esto?". Michel era la ficción llevada al rock, pero Pappo era eso: "No detenga su motor"; y después le agregaba: "E investigue su interior". Esa insólita manera de pegar frases. También está "Rayo luminoso", que es una de esas típicas canciones hard rock que no llegan a ser metaleras, pero que están rozando el género todo el tiempo. A mí me da esa sensación. Y "Boff, no puedo soportarlo más" para mí era un rockazo, aunque no lo tocaban nunca en vivo. Sin duda, Ruedas... es un disco clave, para escuchar completo un rato largo. Cuando salió, lo reproducíamos en vinilo, con todo lo que eso representaba. Sonaban las guitarras distorsionadas, pesadas, ese rock potente, duro, que siempre fue ninguneado en Argentina. Este disco le dio frescura a un momento de mucho jazz rock, de mucho "mirá cómo toco", de esnobismo, y de pronto apareció esto. Volvíamos otra vez a caminar la calle, y si bien cada movida tiene su uniforme, éste era un uniforme que nos quedaba mejor, que nos quedaba más cómodo. Por Norberto Verea Fuente: Portal Rollingstone |
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