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Un lugar donde las canas no se notan y el arte se enseña con amor y contención - Universitarias

23/08/2010

Más de 850 adultos mayores son contenidos a través del programa de educación formal EPAM de la UNT. Muchos descubren sus talentos ocultos en los talleres.

epam"La vida es realmente oscuridad si no hay impulso. Y todo impulso es ciego, si no hay saber; y todo saber es vano, si no hay trabajo. Y todo trabajo es vacío, si no hay amor. Y cuando trabajas con amor te conectas contigo, con el otro y con Dios..." La reflexión de Khalil Gibran enciende el corazón cuando el visitante la descubre luminosa, impactante y movilizadora sobre unas de las paredes de la biblioteca del local donde se dictan los más de cuarenta talleres del programa Educación Permanente para Adultos Mayores (EPAM) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT), que recientemente cumplió 25 años de vigencia.

Las sorpresas no se acaban con esas palabras del poeta libanés. El murmullo, los gritos, las sonrisas y la manera de comunicarse entre ellos también seduce al foráneo. "Son personas entre cinco y más de nueve décadas, pero a la vez con espíritu de niños. Ocurrentes, afectuosos y amigables, cuando se liberan son muy auténticos. El trabajo con gente mayor es una tarea que enriquece el espíritu y reconforta la mente", dijo la licenciada Sandra Virgolini, coordinadora docente de la entidad creada hace 25 años y que funciona en una casa de Rivadavia 417, de esta capital.

"Me miman"

"El EPAM es mi segundo hogar. Acá encontré contención, hice nuevos amigos, me escuchan, me miman, me atienden y además, me enseñan", explicó sin preámbulos Alberto Duport. "Beto" -como lo llaman sus compañeras- que teatraliza y narra los chistes (verdes), es un eximio artista plástico. "Toda mi vida laboral estuve dedicado a la actividad comercial. Hasta que vine acá y descubrí que me apasiona pintar. Mi temática está relacionada con las costumbres, paisajes y ancestros indígenas de la región norte", se animó a detallar el verborrágico alumno de más de 70 años, de uno de los talleres del programa de educación no formal, que depende de la Secretaría de Extensión Universitaria.

"Es que para el arte no hay edad", afirmó Susana Bollati, que hace 17 años enseña pintura. Ebe, de 88 años, es otra alumna que por su carisma no pasa inadvertida. "La vida siempre nos brinda oportunidades. Una es la que se priva de ellas. A nuestra edad, la soledad, las pérdidas y los descuidos del cuerpo nos ponen a prueba y nos maltratan el espíritu. Pero el amor es el elixir que nos mantiene y nos ayuda a encarar proyectos. Aquí no sólo aprendí a pintar, a bailar folclore y a platicar otros idiomas, sino que también recuperé la capacidad de hacer nuevos amigos y de amar", afirma con entusiasmo.

Dante Orquera, mayor de 70 años, fue el primer alumno varón que tuvo la artista plástica Bollati desde que ella comenzó a enseñar en ese lugar. Las mujeres son mayoría; son los pocos varones que forman parte de los 850 concurrentes diarios del total de 1.400 inscriptos.

La reina de las tablas

Histriónica y divertida, Segunda Ramírez concretó su sueño, de ser actriz de teatro, a los 91 años. Y va por más, en el grupo matutino que instruye Silvana García, bastante más joven que sus discípulas. "Estaba devastada cuando vine a esta casa, mi segundo hogar. Mis pérdidas fueron numerosas. Hasta que descubrí que me quedaba lo más importante: yo. Cuando uno se dedica al marido y a los hijos va perdiendo contacto con las amistades. Además, a nosotras nos criaron de otra manera. Mis padres no eran flexibles, no obstante ello, los amaba mucho y aún los recuerdo. Cuando me quedé viuda no volví a casarme. En mis tiempos era un sacrilegio. Me costó liberarme, mostrarme como soy. Ahora disfruto, aprendo y sigo viviendo", describió la "diva".

Bailar es otra pasión de los adultos mayores. Folclore, tango, ritmos tropicales y danzas tradicionales son los rubros más concurridos. "Puedo morir mañana pero vivo cada día como si fuera el último", dijo Inés, de 78 años.

Funciones que realiza la institución

- Ofrecer encuentros de aprendizaje por medio de talleres, charlas y espacios de intercambio.

- Promover y apoyar experiencias didácticas vinculadas al contenido de los talleres: excursiones, viajes, muestras, proyecciones audiovisuales, etc.

- Realizar presentaciones de los talleres en la comunidad.

- Procurar los materiales necesarios para que los adultos mayores puedan realizar las actividades dentro de los talleres.

- Producir material informativo, dirigido a la comunidad, sobre la problemática del adulto mayor.

- Programar y/o auspiciar congresos, jornadas, seminarios y cursos de perfeccionamiento docente sobre la temática afín a la institución.

- Realizar proyectos de investigación en el área gerontológica, en conexión con organismos que tratan el tema.

Fuente: Diario La Gaceta

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