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Aporte a la salud pública desde la Extensión Universitaria - Universitarias

30/08/2010

Estudiantes y docentes de la UNLP llevan adelante un Taller de Calidad de Vida que logra mejoras en pacientes con parkinson. Utilizan terapias alternativas

saludAlumnos y profesionales de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) lograron mejorar la calidad de vida de pacientes afectados por el mal de Parkinson, a través del desarrollo de terapias auxiliares y el refuerzo de la autoestima. Con esta técnica, unos 40 enfermos han logrado notables avances y mejoras en la calidad de vida, medidos a través de parámetros establecidos por los especialistas.

Esta experiencia obtuvo financiamiento del Programa de Promoción de Proyectos de Extensión de esta casa de estudios. Desde hace 7 años, en el Hospital Alejandro Korn, funciona el Taller de Calidad de Vida para Pacientes con Parkinson, donde docentes y estudiantes trabajan con unos 40 hombres y mujeres que padecen esta enfermedad

El Mal de Parkinson es un proceso degenerativo en la región del tronco cerebral. El tratamiento convencional incluye medicamentos, atención psiquiátrica, y rutinas de ejercicios. Si bien no logra detener el desorden progresivo del sistema nervioso, sí permite atenuar los síntomas físicos más característicos de la enfermedad, que son rigidez muscular, lentitud en los movimientos, temblores, pérdida de la gestualidad y dificultad en el habla. Además tiene un fuerte componente depresivo y autolimitante.

Desde hace 7 años, el doctor y profesor de la Cátedra de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la UNLP, José Luis Dillon, encabeza el taller de rehabilitación para pacientes con Parkinson. Allí trabajan además profesionales de Psicología, Educación Física, Bellas Artes, junto con unos 20 alumnos de diferentes unidades académicas que voluntariamente se sumaron a esta iniciativa.

“Más allá del trastorno neuronal y el consecuente deterioro físico, esta enfermedad se caracteriza por sumir a los enfermos en una profunda depresión con pérdida de la autoestima y problemas en la vida de relación”, explicó Dillon. “Desde nuestro taller trabajamos sobre el refuerzo de la autoestima con una terapia auxiliar al tratamiento medicamentoso que incluye clases de danza, vocalización, plástica, tai chi chuan, psicoterapia grupal, y actividades recreativas”, agregó.

Concretamente, desde el taller de Parkinson se trabaja sobre lo que en Medicina se conoce como “fenómeno paradojal”, un campo de la ciencia que aún está en etapa de estudio e investigación. Se ha demostrado que ante determinados estímulos emocionales, como por ejemplo la música y la danza, los pacientes logran desbloquear su discapacidad motora. “Nosotros hemos tenido casos de enfermos muy bloqueados que a través del baile han comenzado a moverse en forma progresiva”, comentó Dillon.

Según explicaron los responsables del taller, lo que genera este tipo de enfermedad es una falla en los mecanismos de control del movimiento ya que, a diferencia de una parálisis, no se registra una pérdida de la función motora, sino una alteración del movimiento. “La capacidad de moverse está, sólo que está retenida o guardada”, explican los especialistas.

Para Dillon “lo importante de nuestra terapia es que no busca la rehabilitación motora sólo a través de rutinas de ejercicios físicos ordenadas por los médicos; lo que pretendemos es fortalecer la autoestima del paciente y eliminar el componente depresivo de la enfermedad, incentivándolos a producir movimientos y actos de la vida cotidiana que ellos mismos creían perdidos, como bailar, dibujar, o simplemente hablar”. Y agregó “de nada nos sirve que un paciente salga corriendo o mueva los brazos con toda agilidad , si esa evolución no repercute en una mejor integración social y, consecuentemente, en una recuperación de la vida de relación”.

Si bien el Parkinson es una enfermedad degenerativa para la cual no existe cura a través de los tratamientos médicos conocidos hasta el momento, los especialistas subrayan que, en la mayoría de los casos, su nivel letal no es alto. “Lo que genera la enfermedad son complicaciones y limitaciones para la vida, por eso hay que acompañar al paciente a acomodarse esa realidad y evitar que se deprima, que pierda la capacidad de iniciativa y, con ello, la vida de relación social y familiar” , destacan los profesionales.

En cuanto a los resultados del taller, Dillon destacó que “medimos la evolución de los pacientes con lo que llamamos ‘escala de calidad de vida’, que va más allá de lo que propone la escala tradicional de evolución motora, porque se puede mejorar desde el aspecto motor, pero involucionar desde el aspecto social y anímico”.

Además remarcó que, “si bien es preciso continuar con los tratamientos medicamentosos, hemos notado en nuestros pacientes un grado de recuperación mayor en comparación con aquellos que enfermos que no han participado del taller”.

El Taller funciona todos los martes y viernes en el Hospital Alejandro Korn –calle 520 y 175- y actualmente cuenta con casi 40 pacientes inscriptos. Los interesados en acceder a esta terapia pueden comunicarse con el hospital al teléfono 478-0181 int. 382.

Fuente: UNLP

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