Universatil

Alberto Salcedo Ramos: el arte de convertir la vida en historias - Cultura y Entretenimiento

25/10/2014

"De cerca, nadie es normal." La frase de Caetano Veloso es el lema que guía el trabajo del colombiano Alberto Salcedo Ramos, referente del periodismo narrativo de América latina.

Autor de cinco libros que reúnen sus crónicas, Salcedo Ramos es maestro de la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, fundada por Gabriel García Márquez, y recorre redacciones de todo el continente para transmitirles los secretos del oficio de narrar a los jóvenes periodistas. De visita al país para presentar sus títulos La eterna parranda. Crónicas 1997-2011 y El oro y la oscuridad, la biografía del ex boxeador Kid Pambelé, dictó un seminario para los estudiantes del Máster de LA NACION.

La curiosidad, dice, es el motor de su trabajo. Una escena, una historia de vida, un detalle que le provoca cierto apasionamiento suelen resultar disparadores de sus crónicas. "Elijo aquellos temas que excitan mi voluntad de dejar un testimonio. Cuando uno siente que se muere por salir corriendo a contar la historia, debe tomar ese impulso como una buena señal."

Para escribir "La travesía de Wikdi", extraordinario relato publicado en 2012 en la revista Soho, Salcedo Ramos acompañó a un niño colombiano durante una caminata de cincos horas: es el trayecto que Wikdi debe hacer todos los días para ir de su casa a la escuela, en un pequeño pueblo colombiano. "No podía contar lo que él sentía sin haberlo vivido yo", asegura el periodista que recibió el premio Ortega y Gasset por ese delicioso texto. También fue distinguido con el Rey de España, entre otros premios.

Sobre los orígenes de las historias que dieron lugar a algunas de sus crónicas, Salcedo Ramos dialogará hoy, a las 19, con la periodista Josefina Licitra en la librería Eterna Cadencia.
Contra el olvido

Maestro de cronistas, Salcedo Ramos practica el arte de convertir una vida en una historia. "Es como un cuento con datos reales -explica-. Uno escribe crónicas para ayudar a hacer memoria. Sé que suena pretencioso, pero trataré de ilustrar mi definición con un ejemplo sencillo: una vez fui a un pueblo colombiano donde masacraron a sesenta y seis personas. Encontré a un sobreviviente, que empezó a contarme de manera descarnada cómo había sido la matanza. Cuando le pregunté por qué me contaba esos hechos tan dolorosos, me respondió: «Porque olvidar es hacerles un favor a quienes nos mataron». Ese día entendí mejor mi oficio: hacemos crónicas para impedir que a nuestras sociedades se les olvide su propia historia."

En tiempos en que la información circula de manera inmediata por portales de Internet y redes sociales como Twitter, el periodismo narrativo cumple una función de suma relevancia. "Ahora es cuando más se necesitan las historias de gran formato. En una época sólo los medios transmitían información; ahora lo hace cualquiera. Alguien puede tomar una fotografía y mostrarla en redes sociales al instante. Pero no cualquiera consigue información de valor, que tenga un contexto histórico o social, no cualquiera es capaz de llevar noticias que ayuden a la gente a comprender su entorno. A mí los tuits no me trasnochan porque tengo claro que quien transmite un contenido a través de esa plataforma no me va a dejar sin oficio, ya que la gente que lee crónicas espera otra cosa. Contamos historias para un tipo de lector que necesita ir más allá de lo inmediato, y ese lector, aunque parezca minoritario, es importante."

¿Qué les aporta el periodismo narrativo, en definitiva, a los lectores que están sedientos de historias? "La realidad convertida en relato -concluye Salcedo Ramos- y eso los hace sentirse más identificados con lo que leen. Una crónica debe aspirar a ser una representación de la vida. Es como meterse en las páginas no para leer la realidad, sino para vivirla."

Fuente: La Nación

Noticia disponible en: Universatil
http://www.universatil.com

Su dirección URL es:
http://www.universatil.com/modules/noticias/noticia.php?noticia=6469