![]() Si querés cuidarte, no creas en estos 11 mitos a la hora de tomar sol - Cultura y Entretenimiento21/01/2015
Si querés cuidarte, no creas en estos 11 mitos a la hora de tomar sol La cultura del bronceado sigue vigente e impone conceptos equivocados y peligrosos. Muchos creen que ponerse el protector una vez les da vía libre para exponerse al sol todo el día. Aquí te mostramos los riesgos a los que nos someten los rayos ultravioletas. Quemaduras, fotoenvejecimiento y cáncer de piel son algunos de los principales daños. ¿Tener una piel bronceada te aporta belleza y salud? Nada que ver. Este es el primer mito que intentan derribar por estos días los dermatólogos. “El bronceado no es un signo de salud de la piel sino una respuesta al daño celular”, aclaran los especialistas del hospital Alemán. En estos días, los profesionales de ese nosocomio han emitido un informe con los 11 mitos a la hora de tomar sol. En es estudio, aclaran: “el cáncer de piel es la forma de cáncer mas frecuente y en los últimos años ha aumentado más que cualquier otro en todo el mundo. Si bien es más frecuente después de los 50 años, actualmente se detecta en personas cada vez más jóvenes. Incluso los niños pueden tener, aunque afortunadamente es excepcional”. “Me ha tocado atender pacientes muy jóvenes con esta patología”, comenta la doctora Graciela Adriana Arangio, presidenta de la Asociación de Dermatología de Tucumán. “El efecto de los rayos ultravioletas (UV) está exacerbado por el famoso agujero de ozono. Y por estas latitudes, nos afecta especialmente”, resalta. Los especialistas coinciden en que no hay que tomar sol. Los rayos UV traen dos tipos de consecuencia: algunas a corto plazo (por ejemplo, las quemaduras solares) y otras a largo plazo (manchas, arrugas y lesiones cancerígenas). Porque la piel tiene memoria. Es decir, acumula los efectos. Hay dos tipos de cáncer que se dan en la piel: el carcinoma basocelular, que es el más frecuente de la medicina y el melanoma, que es el más maligno. Y en un 80 % de los casos son provocados por el sol. 1 Antes de las 10 y luego de las 16 el sol es seguro No es así. El riesgo es mayor a ciertas horas del día, pero el sol nunca es inocuo. Los rayos ultravioletas (RUV) principales son los VVA y los UVB. Los UVB son más altos entre las 10 y las 16 hs, en cambio los UVA (que no se sienten tanto porque no dan tanto calor ni enrojecen tanto la piel), están presentes por igual desde que amanece hasta que oscurece. Estos RUV también pueden estimular la formación de cáncer y además son los principales responsables del envejecimiento de la piel. 2 Si está nublado hay menos rayos ultravioleta “Según la densidad de las nubes, pasa entre el 50 y el 85% de la radiación ultravioleta. Por ello hay que protegerse”, coinciden los dermatólogos del hospital Alemán. “Aunque el día esté gris hay que tomar recaudos. Los rayos UV atraviesan las nubes y afectan la piel. Hay que usar protector solar, cubrir las partes del cuerpo más expuestas o buscar sombra”, aclaró Adriana Arangio, de la Asociación Tucumana de Dermatología. 3 En la sombra estamos protegidos Depende del tipo de sombra. Por ejemplo: no es lo mismo estar debajo de un árbol frondoso que de uno pequeño y no es lo mismo cerca del tronco que mas alejado. En la mayoría de los casos, a la sombra hay un 50% de la radiación ultravioleta. No es fácil escapar de las radiaciones. Si se tienen en cuenta las superficies refractarias que nos rodean, casi en todas partes hay bronceado. Las sombrillas de tela común, por ejemplo, dejan pasar los rayos UV al igual que las hojas de los árboles en movimiento. 4 Si el protector es resistente al agua no es necesario ponerse de nuevo al mojarse Si el baño es prolongado, o es el mar, la fricción de la sal y la arena remueven una parte importante del protector, por lo que hay que volver a colocarse al salir. Siempre hay que hacerlo con la piel seca. “No hay productos totalmente resistentes al agua. Siempre hay que volver a aplicarse bloqueador solar al salir del agua”, aconseja la doctora Arangio. 5 Primero hay que usar un factor de protección alto y después ir bajando ¡Error! La capacidad de protección del bronceado, por más que sea intenso, equivale a tener puesto un protector solar 4, es decir, casi nada. “Hay que usar protección mayor de 30 todo el tiempo. Todo depende del tipo de piel. Si la persona es muy blanca, el factor de protección debe sí o sí ser más alta, de más de 50”, aclara la dermatóloga Adriana Arangio. “La única forma que tiene de expresarse la piel cuando sufre por los rayos UV es bronceándose”, reitera. 6 Si uso protector, puedo tomar sol todo el tiempo que quiera “Es una idea completamente falsa -expresa la doctora Arangio-. Hay que repetir la aplicación cada hora y media o dos porque los protectores pierden eficacia en ese tiempo”. Otro concepto bastante arraigado es que como los protectores no suelen ser productos económicos hay que ponerse el filtro solar una vez al día, y poca cantidad, para “no malgastar”. “Todo lo contrario. Usarlos es una inversión: nos ahorrará muchísimo en el futuro”, dice la dermatóloga. 7 Si me pongo pantalla solar no me bronceo Primero, un protector solar no es una “pantalla”. Es decir que no filtra el 100% de los Rayos UV, por lo que no estamos totalmente protegidos. Además, el bronceado es la formación de “melanina”, un pigmento que se deposita arriba de las células de la piel para proteger al ADN de sufrir más daño. Por lo tanto, el bronceado no es un signo de salud de la piel sino una respuesta a la agresión que le produce el sol, especifican los dermatólogos del hospital Alemán. 8 La cama solar es más segura “Esto es totalmente falso”, exclama la doctora Arangio. Las camas solares son dispositivos de emisión de rayos UV. Inicialmente se diseñaron, pensando que los UVA (que son los principales rayos que emiten), además de producir bronceado sin enrojecimiento, eran más seguros. Con el tiempo, se descubrió que también producen aumento significativo del cáncer de piel, además de ser principales responsables del envejecimiento de la piel. Desde el 2010, son consideradas cancerígenas por la OMS. 9 Sobre la piel bronceada no es necesario volver a usar protector El protector siempre es necesario, aun cuando la piel esté muy bronceada. Aunque el color y el grosor de la piel nos protegen naturalmente de las radiaciones solares, no estamos libres de sus daños cuando nos exponemos al sol. Todos podemos tener una cuota de sol sin perjudicarnos usando con un buen protector, tomándolo en los horarios permitidos e hidratando luego la dermis con buenos productos postsolares, aconsejan los expertos. 10 Conviene usar protector alto en la cara y más bajo en el resto del cuerpo Otro error frecuente. Lo único que se logra con esta técnica es cuidar mejor la cara y dejar que el resto de la piel sufra las consecuencias. 11 Me protejo la cabeza con una gorra Hay que tener cuidado con esta creencia. La gorra con visera solo protege el cuero cabelludo y la frente. Para proteger el resto de la cara y las orejas hay que usar sombrero con ala de por lo menos 7 centímetros. Fuente: La Gaceta ¿Tener una piel bronceada te aporta belleza y salud? Nada que ver. Este es el primer mito que intentan derribar por estos días los dermatólogos. “El bronceado no es un signo de salud de la piel sino una respuesta al daño celular”, aclaran los especialistas del hospital Alemán. En estos días, los profesionales de ese nosocomio han emitido un informe con los 11 mitos a la hora de tomar sol. En es estudio, aclaran: “el cáncer de piel es la forma de cáncer mas frecuente y en los últimos años ha aumentado más que cualquier otro en todo el mundo. Si bien es más frecuente después de los 50 años, actualmente se detecta en personas cada vez más jóvenes. Incluso los niños pueden tener, aunque afortunadamente es excepcional”. “Me ha tocado atender pacientes muy jóvenes con esta patología”, comenta la doctora Graciela Adriana Arangio, presidenta de la Asociación de Dermatología de Tucumán. “El efecto de los rayos ultravioletas (UV) está exacerbado por el famoso agujero de ozono. Y por estas latitudes, nos afecta especialmente”, resalta. Los especialistas coinciden en que no hay que tomar sol. Los rayos UV traen dos tipos de consecuencia: algunas a corto plazo (por ejemplo, las quemaduras solares) y otras a largo plazo (manchas, arrugas y lesiones cancerígenas). Porque la piel tiene memoria. Es decir, acumula los efectos. Hay dos tipos de cáncer que se dan en la piel: el carcinoma basocelular, que es el más frecuente de la medicina y el melanoma, que es el más maligno. Y en un 80 % de los casos son provocados por el sol. 1 Antes de las 10 y luego de las 16 el sol es seguro No es así. El riesgo es mayor a ciertas horas del día, pero el sol nunca es inocuo. Los rayos ultravioletas (RUV) principales son los VVA y los UVB. Los UVB son más altos entre las 10 y las 16 hs, en cambio los UVA (que no se sienten tanto porque no dan tanto calor ni enrojecen tanto la piel), están presentes por igual desde que amanece hasta que oscurece. Estos RUV también pueden estimular la formación de cáncer y además son los principales responsables del envejecimiento de la piel. 2 Si está nublado hay menos rayos ultravioleta “Según la densidad de las nubes, pasa entre el 50 y el 85% de la radiación ultravioleta. Por ello hay que protegerse”, coinciden los dermatólogos del hospital Alemán. “Aunque el día esté gris hay que tomar recaudos. Los rayos UV atraviesan las nubes y afectan la piel. Hay que usar protector solar, cubrir las partes del cuerpo más expuestas o buscar sombra”, aclaró Adriana Arangio, de la Asociación Tucumana de Dermatología. 3 En la sombra estamos protegidos Depende del tipo de sombra. Por ejemplo: no es lo mismo estar debajo de un árbol frondoso que de uno pequeño y no es lo mismo cerca del tronco que mas alejado. En la mayoría de los casos, a la sombra hay un 50% de la radiación ultravioleta. No es fácil escapar de las radiaciones. Si se tienen en cuenta las superficies refractarias que nos rodean, casi en todas partes hay bronceado. Las sombrillas de tela común, por ejemplo, dejan pasar los rayos UV al igual que las hojas de los árboles en movimiento. 4 Si el protector es resistente al agua no es necesario ponerse de nuevo al mojarse Si el baño es prolongado, o es el mar, la fricción de la sal y la arena remueven una parte importante del protector, por lo que hay que volver a colocarse al salir. Siempre hay que hacerlo con la piel seca. “No hay productos totalmente resistentes al agua. Siempre hay que volver a aplicarse bloqueador solar al salir del agua”, aconseja la doctora Arangio. 5 Primero hay que usar un factor de protección alto y después ir bajando ¡Error! La capacidad de protección del bronceado, por más que sea intenso, equivale a tener puesto un protector solar 4, es decir, casi nada. “Hay que usar protección mayor de 30 todo el tiempo. Todo depende del tipo de piel. Si la persona es muy blanca, el factor de protección debe sí o sí ser más alta, de más de 50”, aclara la dermatóloga Adriana Arangio. “La única forma que tiene de expresarse la piel cuando sufre por los rayos UV es bronceándose”, reitera. 6 Si uso protector, puedo tomar sol todo el tiempo que quiera “Es una idea completamente falsa -expresa la doctora Arangio-. Hay que repetir la aplicación cada hora y media o dos porque los protectores pierden eficacia en ese tiempo”. Otro concepto bastante arraigado es que como los protectores no suelen ser productos económicos hay que ponerse el filtro solar una vez al día, y poca cantidad, para “no malgastar”. “Todo lo contrario. Usarlos es una inversión: nos ahorrará muchísimo en el futuro”, dice la dermatóloga. 7 Si me pongo pantalla solar no me bronceo Primero, un protector solar no es una “pantalla”. Es decir que no filtra el 100% de los Rayos UV, por lo que no estamos totalmente protegidos. Además, el bronceado es la formación de “melanina”, un pigmento que se deposita arriba de las células de la piel para proteger al ADN de sufrir más daño. Por lo tanto, el bronceado no es un signo de salud de la piel sino una respuesta a la agresión que le produce el sol, especifican los dermatólogos del hospital Alemán. 8 La cama solar es más segura “Esto es totalmente falso”, exclama la doctora Arangio. Las camas solares son dispositivos de emisión de rayos UV. Inicialmente se diseñaron, pensando que los UVA (que son los principales rayos que emiten), además de producir bronceado sin enrojecimiento, eran más seguros. Con el tiempo, se descubrió que también producen aumento significativo del cáncer de piel, además de ser principales responsables del envejecimiento de la piel. Desde el 2010, son consideradas cancerígenas por la OMS. 9 Sobre la piel bronceada no es necesario volver a usar protector El protector siempre es necesario, aun cuando la piel esté muy bronceada. Aunque el color y el grosor de la piel nos protegen naturalmente de las radiaciones solares, no estamos libres de sus daños cuando nos exponemos al sol. Todos podemos tener una cuota de sol sin perjudicarnos usando con un buen protector, tomándolo en los horarios permitidos e hidratando luego la dermis con buenos productos postsolares, aconsejan los expertos. 10 Conviene usar protector alto en la cara y más bajo en el resto del cuerpo Otro error frecuente. Lo único que se logra con esta técnica es cuidar mejor la cara y dejar que el resto de la piel sufra las consecuencias. 11 Me protejo la cabeza con una gorra Hay que tener cuidado con esta creencia. La gorra con visera solo protege el cuero cabelludo y la frente. Para proteger el resto de la cara y las orejas hay que usar sombrero con ala de por lo menos 7 centímetros. Fuente: La Gaceta
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