La carrera profesional de Carlos Bayala, uno de los publicistas argentinos más reconocidos a nivel global, no fue siempre hacia arriba. De Buenos Aires, donde llegó a ser director general creativo de Graffiti Publicis, viajó a Londres a estudiar con su esposa Gabriela Scardaccione y, para ser contratado por la agencia Mother, aceptó un puesto como pasante.
"Gabi [su pareja] tuvo la idea. Yo llevaba más de diez años trabajando en publicidad. Había terminado un Master y Gabi sus estudios en diseño, y fuimos con la carpeta. Nos recibieron y nos dijeron 'Tienen inglés flojo, la carpeta es buena y no tenemos la plata para pagarles'. Entonces les dijimos 'Bánquennos como estudiantes'", recuerda el creativo, durante su exposición en la jornada Management 2020.
"Estuvimos dos meses trabajando así, y armamos un proyecto grande para un pitch que la agencia terminó ganando. Ahí se nos acercó Robert Saville [director de la agencia] y nos dice '¿quién carajo son ustedes?", completa Bayala, quien además de su experiencia en Londres, trabajó en Amsterdam y en Portland (Estados Unidos).
Como fundador y líder creativo de Madre Buenos Aires, la filial argentina de la agencia londinense que lo contrató como "falso" estudiante, fue responsable de campañas publicitarias y personajes populares como Mamá Luchetti, para la marca de pastas de Molinos. Lejos de cansarse de sus creaciones, Bayala vive esa llegada como un premio: "No hay cosa que a uno le guste más que haber contribuido con algo a meterlo en el folklore de la calle, está buenísimo. Es un elogio".
fuente: La Nación