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La globalización facilita los intercambios y la vigencia de las culturas híbridas - Cultura y Entretenimiento

05/06/2016

El teórico y antropólogo Néstor García Canclini visitó la ciudad para participar del lanzamiento de la Bienal Sur Global.

Néstor García Canclini es estudiado prácticamente en todas las universidades argentinas, y desde que se exiló en México, con el golpe militar en 1976, ha escrito libros fundamentales para la cultura y el arte y sobre los medios de comunicación. Poco o nada ha dejado sin analizar, desde la misma palabra cultura, hasta las industrias culturales y las llamadas híbridas.


Ahora está embarcado en la Bienal Sur Global, que dirige Aníbal Jozami, y participa en los encuentros abiertos aportando sus conceptos de deslocalización, identidad e interculturalidad, entre otros. Durante el encuentro que se hizo en la Casa Histórica planteó una bienal en la que “los curadores junto con los artistas no se limitaran a pasear las obras por el mundo”.

En una entrevista con LA GACETA, aseguró que “nunca fue tan insensato como ahora adherir a una tendencia como la única válida”. “Los principales actores de las políticas culturales, que eran los Estados, se han retirado”, describió.

- Usted debe haber sido el primero en hablar de culturas híbridas. ¿Mantiene su vigencia?

- Es un concepto con mayor vigencia, porque hay más interacciones globales. La globalización facilita los acercamientos y los intercambios; que tomamos prestados a los otros más de lo que hacemos. Diría que es una apertura de horizontes que enriquece. No se idealiza la fusión y la mezcla. Lo que hay que ver es qué consecuencias hay en esas combinaciones y cómo se expresan. Porque hay conflictos y apropiaciones de lo que hacen otros. En el arte es producir recurriendo a materiales previos, combinándolos con otros.

- ¿Qué le interesa del arte en estos momentos?

-Me interesa mucho el arte contemporáneo. Que no es sólo lo que se hace hoy, sino lo que acompaña procesos culturales actuales y también de otras épocas que pueden tener una gran vigencia; algo que ilumina la actualidad. Recientemente vi una muestra de Goya y es asombroso la contemporaneidad de sus obras, vemos las pasiones y los conflictos que parecen de hoy. No podemos entender lo contemporáneo únicamente por lo que se hace hoy, porque pueden repetirse fórmulas gastadas. Hay una enorme variedad, y tantas maneras de nombrar las experiencias estéticas, con tendencias que se expresan tanto en el mercado como en los museos. Pienso en Pistoletto, León Ferrari, Antoni Muntadas y Louise Bourgeois, y tantos otros. Nunca fue tan insensato como ahora adherir a una tendencia como la única válida. En particular disfruto del conceptualismo y de la pintura, pero también de las performances.

- ¿Cómo caracteriza este arte?

- Se multiplica y enriquece al transversalizarse. Hay cruces, con artistas que experimentan diferentes formatos y soportes, artistas que pasan de una a otra tendencia. La transversalidad y la transdiciplinariedad son muy productivos.

- ¿Qué decir de la política cultural?

- Lo que se llamaba política cultural a fines del siglo XX está en una crisis radical. Porque los Estados, que eran sus principales actores, se han retirado. Los mercados suelen banalizar las experiencias estéticas y contagian la industria del cine, editorial y televisión. Además, hay una tendencia de los editores de los medios que han creado la industria del ocio con lo que buscan complacer a los lectores de domingo.

- ¿Qué opina de casos como el del artista norteamericano Jeff Koons y su relación con el marketing ?

- Un síntoma grave, sin duda. Pero volviendo al tema de la política cultural, el retiro de los actores públicos también se ha dado en la salud, en la vivienda. En la ciudad de México, por ejemplo, se están levantando 4.000 torres, lo que va a agudizar la contaminación e impedir que uno se desplace por la ciudad, pero también afectar la provisión de agua. El repliegue de las políticas culturales es como consecuencia de una retracción de los Estados con los bienes públicos. Pero hay otras políticas de cultura, como la de movimientos sociales, por los derechos humanos y por la igualdad de género; estas políticas buscan otros modos de democratizar la convivencia. Hay movimientos como el Ocupas Wall Street o el YoSoy132México, pero tienden a desvanecerse, otros como el 15M español que se expresó políticamente en Podemos. Todo tiene que ver con la insoportabilidad del capitalismo. Nadie puede predecir como se saldrá de esto, si con una democratización más igualitaria o el fascismo.

- ¿Y el socialismo?

- Puedo decir que sigo siendo socialista, pero el socialismo se convirtió en una posibilidad utópica, porque los partidos que lo impulsaron no merecen ese nombre. La socialdemocracia se entregó al dominio de la política financiera y otros como en América Latina son absorbidos por sus propias contradicciones y no han podido avanzar.

Es autor de numerosos textos como “Culturas híbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad”, “La globalización imaginada”, “Las culturas populares en el capitalismo” y “Lectores, espectadores e internautas”. Desde hace 20 años enseña Antropología en la Universidad Autónoma Metropolitana y es Investigador Emérito.

Fuente: La Gaceta

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