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Empresarios se animan cada vez más a aprender chino
Los cursos de ese idioma que se dictan en UADE y la UBA vienen creciendo con fuerza cada año. Participantes relataron a Cronista.com su experiencia en ese training clave.
Lo hacen para negociar casi sin intermediaros con el gigante asiático, lo que es tomado como un gesto de respeto dentro de la cultura milenaria. La palabra es la base de toda negociación y los empresarios lo saben. La batalla por llegar a un acuerdo puede tornarse estresante si el intercambio de ideas entre los interlocutores se llave adelante en una lengua extranjera.
Para los empresarios locales mirar hacia China dejo de ser solo un sueño y pasó a ser una realidad. Es que el gigante oriental es el segundo socio comercial de la Argentina y es el primer mercado de destino para las exportaciones. Por eso, estudiar chino dejó de ser un imposible y comenzó a transformarse en una realidad para muchos.
Difícil pero no imposible
“Arranqué a estudiar como un hobby, pero a su vez me sumó para mi actual trabajo, donde interesó mucho que estudiara chino porque trabajamos con clientes y proveedores de ese país”, explicó Ezequiel Peremarti un licenciado en Publicidad que cursa el tercer nivel de Chino Mandarín en la UADE (Universidad Argentina de la Empresa).
Los que se animan a lanzarse al aprendizaje reconocen que las diferencias culturales asustan. “Las primeras clases fueron raras. Sentís que no avanzás, que nunca lo vas a entender. Te empezás a preguntar para que te anotaste en esto”, reconoce Peremarti.
Los profesores explican que al miedo inicial que da afrontar cualquier nuevo idioma se suma varias particularidades que tiene el chino mandarín. Uno de los más distintivos es su sistema de escritura que consta de miles de símbolos sin que exista un alfabeto. La regla principal, y tan distinta a la occidental, es que se escribe de abajo hacia arriba y de izquierda a derecha.
En diálogo con Cronista.com, el coordinador de UADE Extensión School, Daniel Esteban, precisó que el número de estudiantes del idioma español en China creció en los últimos cinco años un 160%, “lo que demuestra el interés de ellos por los países hispanohablantes”.
En tanto, explicó que “los empleados administrativos chinos no manejan el inglés. Entonces cuando una empresa argentina quiere comunicarse telefónicamente ellos al escuchar el inglés automáticamente cortan. Si las empresas locales manejan el chino son muy bien recibidas”.
La cantidad de alumnos crece año a año. “Empezamos un curso con 8 personas y ahora son 15 los cursos”. La enseñanza se apoya en cinco niveles de idioma a los que los profesores dedican 4 meses a cada uno. El docente asegura que con un nivel 3 completo puede llevarse adelante una conversación fluída. El curso está abierto a toda la comunidad y no sólo a los estudiantes de facultad.
El departamento de idiomas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) también ofrece desde 2009 el Chino Mandarín en su abanico de cursos, que en la actualidad superan los 1.000 alumnos e incluyen eventos para acercar al alumno a la cultura china.
Por su parte, la Escuela China Argentina ofrece un curso de 10 niveles trimestrales, con una duración total de 3 años y 3 meses, que habilita para seguir cursos superiores en Facultades Chinas o “cubrir puestos en empresas que se están radicando en China”.
Los principales interesados en los cursos suelen ser profesionales ligados al comercio exterior, las relaciones exteriores, economía, turismo y traductores, entre otros.
Una llave a nuevos negocios
Daniel Bernandez tiene 41 años y es ingeniero en sistemas y se animó al ‘chino básico’. “Sentía curiosidad por el idioma y a su vez la potencialidad del mercado chino para entablar negocios es muy importante”.
“Me parece que para establecer un vínculo comercial nada mejor que hablar su idioma. En mi desarrollo profesional suma”, apuntó Bernandez quien ya sueña con profundizar sus servicios de consultoría en Oriente.
El boom del `chino learning’ se da en medio del crecimiento del comercio internacional entre ambas naciones. En 2010, Argentina exportó a China por un valor de más u$s 6.500 millones, mientras que desde el país asiático se importaron productos por más de 8.300 millones.
Vencer el miedo a lo desconocido puede abrir puertas a muchos negocios.
Fuente: El Cronista
1 comentario
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Cristina dice ...
13/2/2011 12:46
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