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¿Las matemáticas te dicen cuántos amigos podés tener?

30/07 |

 

El antropólogo Robin Dunbar estableció en los 90 que una persona no puede tener relaciones significativas con más de 150 personas
De las amistadesEl antropólogo Robin Dunbar estableció en los 90 que una persona no puede tener relaciones significativas con más de 150 personas

 

 

El antropólogo Robin Dunbar estableció en los 90 que una persona no puede tener relaciones significativas con más de 150 personas y de este círculo solo de 3 a 5 son amistades muy íntimas. 150 es lo que se llama el “número de Dunbar” y, ahora, científicos han logrado formular una teoría matemática que lo avala, cita la agencia EFE.
Pero no solo; las ecuaciones de esta teoría constatan además que las amistades dependen de la capacidad cognitiva, es decir, de la cantidad de tiempo y esfuerzo mental que les dedicamos, y predicen que a mayor capacidad cognitiva más posibilidades de que el cerebro sea capaz de manejar un círculo mayor de amistades, incluso íntimas.
La formulación de esta teoría y sus conclusiones se publican en el último número de la revista PNAS, en un artículo que firman investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y el propio Dunbar, profesor de antropología de la Universidad de Oxford.
Este científico, que también había estudiado las relaciones entre los primates no humanos, estableció en la década de los 90 que cada uno de nosotros cuenta con un promedio de 3 a 5 personas con las que existen una relación muy estrecha -amigos íntimos, pareja y/o familiares-, con alrededor de 10 buenas amistades, un grupo más amplio de unas 30-35 personas con las que tratamos frecuentemente y un centenar de conocidos en el día a día -por ejemplo, del trabajo-.
Un total de 150 personas –número de Dunbar– y esto es así, un número cerrado, por la limitada capacidad cognitiva de las personas.
Quitando y poniendo amigos
Es decir, con el tiempo las amistades van evolucionando, cambias de amigos y/o a los íntimos los colocas en la “capa de menos íntimos”, pero este número de 150, por regla general, es cerrado.
Y es que, como señala a Efe Anxo Sánchez, catedrático de Matemáticas de la UC3M y uno de los firmantes de este artículo, esta capacidad cognitiva es la cantidad de tiempo y esfuerzo mental que se dedica a los amigos, es decir, hay que acordarse de cumpleaños, de los gustos musicales o futboleros y compartir espacios y hablar.
Así que, el cerebro solo puede manejar y organizar unas cuantas relaciones, resume este investigador. Para ello se han usado dos premisas: que la capacidad cognitiva de las personas es limitada y que los distintos tipos de amistad exigen diferentes esfuerzos.
La teoría predice, y se ha podido comprobar -explica-, que potencialmente solo las personas con una elevada capacidad cognitiva podrían ampliar el grupo de amistades íntimas, incluso el círculo más general; con menor capacidad cognitiva disminuirían las amistades.
Pero lo común y más extendido, es ese grupo de 150 personas con nada más que de 3 a 5 íntimas.
Amistades superficiales “No podemos tener relaciones con unas 150 personas y que todas sean íntimas”, por lo tanto, “si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales”, aclara por su parte Ignacio Tamarit, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la UC3M y también autor del trabajo.
Otra de las conclusiones de esta investigación y constatación de la teoría es que en comunidades pequeñas, cuando hay pocas personas accesibles para establecer una relación, también se amplía el número de amistades íntimas: si estás en una isla casi desierta con 20 personas tenderás a ser “súper amigo” de las 20, dice Sánchez.
Para desarrollar la teoría, los investigadores utilizaron datos sobre las relaciones entre estudiantes de una residencia estadounidense y de comunidades pequeñas de búlgaros, filipinos o chinos instaladas en Cataluña -datos proporcionados por José Luis Molina, antropólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona-. Además, cifras de un estudio de una expedición al Polo Norte, a principios del siglo pasado, que se quedó atascada.
“Nuestro modelo explica el surgimiento de la estructura en la organización de las redes personales”, concluye José Cuesta, otro de los firmantes e investigador de la UC3M.
Una teoría matemática práctica
¿Y además del conocimiento, para que sirve esta teoría? Al aplicarla sale un número característico de cada persona, y si es sumamente bajo -muy pocas amistades- puede dar pistas sobre posibles problemas de encaje social; de hecho, los científicos están trabajando con un colegio en este sentido.
Lo próximo es analizar datos de Facebook y comprobar si esta teoría sobre los preceptos de Dunbar se cumple en la sociedad digital.
El trabajo se ha realizado con el apoyo del programa de Ayudas a Equipos de Investigación Científica de la Fundación BBVA en el área de Economía y Sociedad Digital.
El antropólogo Robin Dunbar estableció en los 90 que una persona no puede tener relaciones significativas con más de 150 personas y de este círculo solo de 3 a 5 son amistades muy íntimas. 150 es lo que se llama el “número de Dunbar” y, ahora, científicos han logrado formular una teoría matemática que lo avala, cita la agencia EFE.
Pero no solo; las ecuaciones de esta teoría constatan además que las amistades dependen de la capacidad cognitiva, es decir, de la cantidad de tiempo y esfuerzo mental que les dedicamos, y predicen que a mayor capacidad cognitiva más posibilidades de que el cerebro sea capaz de manejar un círculo mayor de amistades, incluso íntimas.
La formulación de esta teoría y sus conclusiones se publican en el último número de la revista PNAS, en un artículo que firman investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y el propio Dunbar, profesor de antropología de la Universidad de Oxford.
Este científico, que también había estudiado las relaciones entre los primates no humanos, estableció en la década de los 90 que cada uno de nosotros cuenta con un promedio de 3 a 5 personas con las que existen una relación muy estrecha -amigos íntimos, pareja y/o familiares-, con alrededor de 10 buenas amistades, un grupo más amplio de unas 30-35 personas con las que tratamos frecuentemente y un centenar de conocidos en el día a día -por ejemplo, del trabajo-.
Un total de 150 personas –número de Dunbar– y esto es así, un número cerrado, por la limitada capacidad cognitiva de las personas.

Quitando y poniendo amigos
Es decir, con el tiempo las amistades van evolucionando, cambias de amigos y/o a los íntimos los colocas en la “capa de menos íntimos”, pero este número de 150, por regla general, es cerrado.
Y es que, como señala a Efe Anxo Sánchez, catedrático de Matemáticas de la UC3M y uno de los firmantes de este artículo, esta capacidad cognitiva es la cantidad de tiempo y esfuerzo mental que se dedica a los amigos, es decir, hay que acordarse de cumpleaños, de los gustos musicales o futboleros y compartir espacios y hablar.
Así que, el cerebro solo puede manejar y organizar unas cuantas relaciones, resume este investigador. Para ello se han usado dos premisas: que la capacidad cognitiva de las personas es limitada y que los distintos tipos de amistad exigen diferentes esfuerzos.
La teoría predice, y se ha podido comprobar -explica-, que potencialmente solo las personas con una elevada capacidad cognitiva podrían ampliar el grupo de amistades íntimas, incluso el círculo más general; con menor capacidad cognitiva disminuirían las amistades.
Pero lo común y más extendido, es ese grupo de 150 personas con nada más que de 3 a 5 íntimas.
Amistades superficiales “No podemos tener relaciones con unas 150 personas y que todas sean íntimas”, por lo tanto, “si se tienen muchísimas relaciones, tiene que ser al coste de que casi todas sean superficiales”, aclara por su parte Ignacio Tamarit, del Grupo Interdisciplinar de Sistemas Complejos de la UC3M y también autor del trabajo.
Otra de las conclusiones de esta investigación y constatación de la teoría es que en comunidades pequeñas, cuando hay pocas personas accesibles para establecer una relación, también se amplía el número de amistades íntimas: si estás en una isla casi desierta con 20 personas tenderás a ser “súper amigo” de las 20, dice Sánchez.
Para desarrollar la teoría, los investigadores utilizaron datos sobre las relaciones entre estudiantes de una residencia estadounidense y de comunidades pequeñas de búlgaros, filipinos o chinos instaladas en Cataluña -datos proporcionados por José Luis Molina, antropólogo de la Universidad Autónoma de Barcelona-. Además, cifras de un estudio de una expedición al Polo Norte, a principios del siglo pasado, que se quedó atascada.
“Nuestro modelo explica el surgimiento de la estructura en la organización de las redes personales”, concluye José Cuesta, otro de los firmantes e investigador de la UC3M.
Una teoría matemática práctica
¿Y además del conocimiento, para que sirve esta teoría? Al aplicarla sale un número característico de cada persona, y si es sumamente bajo -muy pocas amistades- puede dar pistas sobre posibles problemas de encaje social; de hecho, los científicos están trabajando con un colegio en este sentido.
Lo próximo es analizar datos de Facebook y comprobar si esta teoría sobre los preceptos de Dunbar se cumple en la sociedad digital.
El trabajo se ha realizado con el apoyo del programa de Ayudas a Equipos de Investigación Científica de la Fundación BBVA en el área de Economía y Sociedad Digital.
Fuente: El Intransigente. 

 

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