Noticias

La sinfonía de la felicidad

06/04 |

La apertura del VII Festival Internacional de Ushuaia, con la presentación de la Sinfónica de Moscú, tuvo como emotivo protagonista al coro local.

sinEn Ushuaia, el 2 de abril es diferente. En la mañana del sábado, un sol apenas tibio se escabullía por entre las nubes y acariciaba las calles de la ciudad. Por el centro deambulaban turistas que se encontraban con que sólo algunos pocos bares estaban abiertos. Los carteles que aclaraban que ese día no abrían sus puertas decoraban los negocios que, precisa y mayormente, viven de las ventas al turismo.

Por asumir la historia de un modo diferente y vivir con otra intensidad los aconteceres y el significado del Día del Veterano de Guerra y de los Caídos en la Guerra de las Malvinas, tal vez por encima de la obviedad de la cercanía geográfica, en la capital de Tierra del Fuego, el 2 de abril tiene mucha presencia. Con todo, para romper con cualquier idea de quietud o de sosiego, desde las 14, mucha gente, familias completas, comenzó a llegar hasta el Polideportivo Municipal y no para recordar con solemnidad la gesta de las Malvinas -que el acto central, con autoridades municipales, provinciales y nacionales en la Legislatura fueguina ya había concluido-, sino para asistir al concierto gratuito y popular en homenaje a los caídos en las islas Malvinas, un evento que, además, marcaba el comienzo del VII Festival Internacional de Música de Ushuaia. Claro, no era el hecho de que fuera gratuito y clásico, así, en abstracto, la razón para semejante convocatoria, sino que quienes iban a estar eran la Orquesta Sinfónica de Moscú y el Coro del Fin del Mundo.

Cuando la utopía de armar un festival internacional de música clásica en Ushuaia comenzó a rodar, hace siete años, nadie se imaginaba cuáles podrían ser sus consecuencias locales. Así como las guerras, los medicamentos e infinitas acciones humanas tienen daños colaterales, contraindicaciones, riesgos y consecuencias lamentables entre irreparables e innecesarias, algunas acciones, no pocas, afortunadamente, tienen altos beneficios colaterales. El último de este Festival de Ushuaia, que goza de muy buena inserción regional, ha sido la creación de un coro absolutamente local, que fue forjado sobre tierra casi totalmente virgen, que hizo su debut oficial hace un año y que, tal vez con poca imaginación pero sí, comprendemos, con mucho orgullo, se autodenominó Coro del Fin del Mundo. En la apertura del Festival, se animaron con tres coros de ópera, el "Va pensiero", de Nabucco , de Verdi; el muy resbaladizo Coro de los peregrinos de Tannhäuser , de Wagner, y, a pura fanfarria y con más entusiasmo que precisión, la "Aragonesa" y la "Marcha", de Carmen , de Bizet. Y se entiende el entusiasmo: es improbable que estas muchachas y muchachos fueguinos, reunidos a pura voluntad y esfuerzo, hayan imaginado, ni en sus fantasías más febriles, que habrían de cantar algún día junto a la Orquesta Sinfónica de Moscú, dirigida por Jorge Uliarte, el director artístico del festival.

El concierto se completó con el Concierto para chelo y orquesta de Dvorák, con la participación del chelista húngaro Csaba Onczay, y dos movimientos de la primera sinfonía de Tchaikovsky. De principio a fin, la fiesta, que así fue vivida por los ushuaienses, se extendió por un poco más de dos horas. Las mil sillas que fueron prolijamente ubicadas en el polideportivo fueron ocupadas de punta a punta. Tomadas Ushuaia y el Gran Buenos Aires en matemática comparación, a este recital asistió un mayor porcentaje poblacional que al de Plácido Domingo en el Obelisco. Más allá de que algunas chicas comían pochoclo como si en algún cine estuvieran y que la inmensa mayoría aplaudió cada vez que le pareció que había que hacerlo, el concierto gozó de máxima concentración y atención, e intensamente disfrutado, a juzgar por la potencia de los aplausos y las ovaciones. Horas más tarde, a la noche, comenzaron las veladas en el Salón Milenio del hotel Las Hayas. Para eso habrá otro tipo de comentario. Este sólo se ha atenido a la importancia de observar cómo una orquesta rusa y un coro local confluyeron para hacer música y provocar felicidad. Ni más ni menos.

Fuente: La Nación

Imprimir Recomendar

1 comentario

 
Cristina dice ...
6/4/2011 15:11
Música de alta calidad para conmemorar la fecha.
  Responder

Hoy, en Universatil TV

Cafe con Egresados Marco Puricelli

Emprendedor XXI
Nuestros recomendados
Guía de investigadores
Ciencia y técnica
Guía de investigadores
Litus Educa
Medios Universitarios
Litus Educa
Pasantías y Oferta Laboral.
Universitarios
Pasantías y Oferta Laboral.
Revista Digital de Ciencias
Medios Universitarios
Revista Digital de Ciencias
Locos por la geología
Ciencia y técnica
Locos por la geología
Suplemento Cultural UNER
Cultura
Suplemento Cultural UNER
Blog de Decanato
Universitarios
Blog de Decanato

Portal realizado con herramientas de Software Libre bajo licencia GPL.