Busque algo que le apasione

Todos tenemos aspiraciones, necesitamos dedicarnos a algo que trasciendan a nosotros mismos. Basta con mirar de forma diferente lo que hacemos, buscar lo que nos gusta de lo que hacemos, de las cosas en las que somos buenos. Muchas veces sólo necesitamos replantearnos nuestros marcos de referencia, para ver de forma diferente nuestra realidad; lo importante es ver esa realidad en términos de propósito.

Fije objetivos de corto plazo

Es necesario ponerse metas intermedias; fijarse objetivos a corto plazo ayuda a conseguirlos. Los orientadores dan mucha importancia a este aspecto basándose en el hecho que cuanto más tiempo pasa visualizando, describiendo y planificando, más analiza las dificultades y hay más probabilidades de consecución. Por otra parte clarificar es una forma de asegurarnos de que somos honestos con lo que sentimos.

Determine a qué dirá que no

En la planificación una de las partes más importantes es determinar a qué está dispuesto a renunciar. La parte económica suele ser la más compleja; muchos proyectos pueden implicar riesgo. Pero quizás habrá que renunciar a obtener el agrado de otros e incluso su aprecio; estas son las cadenas más difíciles de romper. Planificar es un duro ejercicio de priorización que muchas veces requiere sacrificio y coraje.

Invierta en su proyecto

Actuar como inversor implica preguntarse que está haciendo para conseguir lo que quiere. La inversión requiere un continuo replanteamiento de actividades. No sólo hablamos de dinero, hablamos de tiempo y energía, de perseverancia bien dirigida en lo que quiere hacer, en quererse más, pero sobre todo en desarrollo personal. No hay proyecto ni decisión más importante que lo que desea ser la mitad de su vida.

No hay que dejar de divertirse

La actitud debe ser, en la medida de lo posible, disfrutar con cada una de las etapas. No se puede dar mucha energía si la tarea se hace insoportable; no se ponga retos demasiados exigentes que le hagan sufrir. El “Flow” o un nivel ajustado de habilidades/reto es la base del éxito en el desempeño, el que permite que el estrés se active; que equivocarse y reaprender sea un ejercicio saludable.

Mantener el equilibrio ante todo

Los nuevos proyectos son una fuente considerable de estrés. El equilibrio emocional es básico para ser capaz de detectar el feed-back, base del crecimiento personal, y poder leer con claridad las señales que le da su entorno. La congestión emocional, especialmente cuando busca nuevos caminos, suele ser un enemigo muy común a tener en cuenta en una sociedad patológicamente estresada.

La necesidad de reinventarse a diario

Que un buen plan no le estropee una buena oportunidad. Es tan importante tener las ideas claras como aceptar un buen plan B. Reinventarse implica desaprender revisar creencias, jugar con su pensamiento, estar dispuesto a escuchar y a escucharse, tener capacidad que el azar actúe de forma positiva y le ayude a construir nuevos planes, sin perder por ello el foco. Construir el futuro depende de la planificación.

Fuente: La Gaceta