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Los purretes del tango. La voz de una nueva generación
Son los directores jóvenes de la escena y lideran sus propias orquestas (a)típicas
Agustín Guerrero tuvo su primer contacto con una orquesta en vivo a los nueve años cuando fue a ver a la Fernández Branca (actual Fernández Fierro); Nicolás Tognola escuchaba Piazzolla desde la escuela primaria y pisaba los doce años cuando agarró el bandoneón, y Hernán Cabrera cambió su destino de armar una banda de rock como los Redondos para crear en la adolescencia su primera agrupación de tango. Pocos años después, los tres músicos se transformarían en los directores más jóvenes de la escena del nuevo tango al frente de sus orquestas (a)típicas -OTAG (Orquesta Típica Agustín Guerrero), Hojarasco y Ciudad Baigón- y son las caras visibles de un fenómeno under del tango que no para de crecer en Buenos Aires.
Los tres prometedores compositores, arregladores y directores se encuentran en el teatro Orlando Goñi, el espacio-hangar de Astillero y Ciudad Baigón, que funciona como incubadora de este tango off. Alrededor de una mesa improvisada con una tapa de piano hecha pedazos (la postal podría citar cualquier escena histórica del rock), los purretes tangueros -Guerrero (23), Tognola (23) y Cabrera (30)- desguazan la actualidad del género con honestidad brutal y rebelde frescura; se burlan de los mitos tangueros y son irremediablemente ácidos con sus mayores.
Para empezar, tres definiciones de su mirada del nuevo tango.
"Lo bueno de esta generación es que para nosotros vale todo y no tenemos que rendirle cuentas a nadie. No estamos esperando la aprobación de nadie ni del ambiente del tango. Hacemos lo que se nos canta. Pienso que mucha gente de nuestra generación siente lo mismo", define Hernán Cabrera, de la orquesta Ciudad Baigón, grupo que tomó su nombre de un tema del Indio Solari.
"Nuestros viejos eran de la generación del rock y pensaban que el tango era cosa de viejos, y tenían razón. Pero ahora el tango pasó a ser parte de nuestra generación. Cada vez hay más propuestas de tango distintas, cada vez hay más grupos, es como exponencial el crecimiento. Algo va a pasar con todo esto", sostiene Agustín, el conductor de la OTAG, una "banda" de quince músicos que sorprendió con su disco debut, Resurgimiento.
"Estamos como en la refundación de algo, como pasó con el rock nacional acá, que empezaron unos cuantos grupos y artistas como Tanguito y después empezaron las ramas, los estilos y cada uno con su propia ruta, pero todos juntos a la vez como movimiento. En el tango actual está pasando algo parecido", relata como un biógrafo de la nueva época el bandoneonista Nicolás Tognola, director de Hojarasco, orquesta que mutó a una atípica eléctrica con piano, batería, fueye y guitarra.
Juventud, divino tesoro
Ellos componen y arreglan sus propios temas, no necesitan invocar los tangos clásicos y tienen personalidades musicales bien fuertes y diferentes (ver "Cómo suenan"). Tognola luce y habla como un poeta del surrealismo francés; Guerrero parece un tanguero chabón con una actitud punk que recuerda a Violencia Rivas, el personaje de Capusotto, y Cabrera es el perfecto producto de la oscuridad del rock de los ochenta. Los tres coinciden con el espíritu indie y autogestivo que caracteriza a esta generación y a sus bandas. "Si no sos independiente y no generás tu espacio, no existís. No somos independientes sólo por elección, como eran Los Redonditos de Ricota, sino porque no nos queda otra si queremos hacer lo que nos gusta. Aprendimos eso del rock", proclama Cabrera, que junto con su grupo mantiene Los Viernes de Baigón, un ciclo donde convocan a rockeros descarriados y tangueros en busca de orquestas jóvenes
La juventud los hace inmunes a las críticas de los tangueros mayores. Van para adelante, con actitud salvaje: "Para mí esa gente que se autodenomina «la gente del tango» no significa nada. ¿Qué saben ellos de todo lo que tuve que estudiar y dedicarle al tango para que después me vengan a criticar? Para mí no existen", dice, imparable, el pianista Agustín Guerrero, respaldado por su trayectoria al frente de tres orquestas: La Orquesta Escuela de C. C. Defensa, Cerda Negra y la OTAG.
El joven músico, declarado continuador de la línea inaugurada por Horacio Salgán en los 50, se perfila como un especialista en esto de derribar ciertos mitos. "Contrario a lo que se dice o se cree, el tango es una música de jóvenes, no de viejos -levanta la voz Agustín-. Me refiero, también, a que fue gestado por gente joven de pensamiento, aunque coincidió en la mayoría de las veces que eran jóvenes de edad. Troilo cuando armó su orquesta tenía alrededor de 23 años. Y de alguna manera lo que hicieron esos músicos con el tiempo fue continuar lo que empezaron de jóvenes hasta que se murieron, como Osvaldo Pugliese. Pero el tango es música de jóvenes, de tipos que miran para adelante y quieren aportar algo a lo que los maestros les dejaron."
"Desde ese mismo concepto -interviene el pianista Hernán Cabrera-, pienso que el tango es una música joven porque apenas tiene cien años y recién empieza. Todavía no se lo puede poner en un museo porque no sabemos su final. Por eso, las búsquedas y los nuevos caminos que está tomando el tango hoy van a tener su importancia en la historia, aunque ahora no lo veamos."
Tango hoy y mañana
Estos nuevos creadores ya tienen su propio "top five del tango nuevo" y están marcando la cancha con temas que reflejan esta nueva era. "No hacer covers es lo mejor que le puede pasar al tango. Como decía Rimbaud, hay que ser lo más moderno posible en tu tiempo. Para mí, moderno es estar actualizado con el sentimiento de uno mismo, con las ideas de uno mismo, ser lo más moderno que se pueda, creando y evolucionando, de eso se trata. Si no, terminás cayendo en el conservadurismo de hacer siempre lo mismo." Hernán completa la idea: "Las nuevas composiciones van a permitir que el género se renueve, y lo principal es que la gente se va a empezar a sentir identificada con algo que le suena actual".
-¿Todavía hay mucho conservadurismo en el tango?
Tognola: -El año pasado estaba viendo el cierre del festival de tango y tuve sensaciones contradictorias. La orquesta de Leopoldo Federico y Susana Rinaldi estaban haciendo "La cumparsita" y sentí una mezcla de cosas porque pensaba: «¡Esto no puede ser!». Leopoldo, para mí y para nuestra generación, es lo más grande que hay, pero ese repertorio ya está... No aporta nada más a este momento.
Agustín Guerrero: -Hay que darse cuenta de una vez, hermano, de que si seguís cantando "Uno", eso no le sirve al tango. Empezá a abrir el juego para que el tango continúe....
Hernán Cabrera: -Siempre recuerdo la frase de Piazzolla: «Los que matan al tango son los tangueros». ( Explosión de risas.)
Se ponen serios, en cambio, cuando hablan de las políticas culturales que juegan en su contra: "Sólo apoyan el tango for export cuando en realidad el tango está acá, no en esos lugares donde los turistas pagan cien dólares la entrada", sostiene Cabrera. Y se enojan cuando hablan de los bolicheros: "Estoy cansado de esas casas de tango como Torquato Tasso, que no son genuinas -apunta Guerrero-. Prefiero lugares auténticos, como Tío Bizarro, en la zona sur; el CAFF, el Goñi o Vinilo, que son generados por músicos".
En el circuito del tango off la movida crece y es la plataforma perfecta para las nuevas propuestas. "El panorama cambió. Si sos oyente de tango, todos los días tenés algo nuevo para ver y eso antes no pasaba", se juega el director de Ciudad Baigón. Inmerso desde su pubertad en la nueva escena, Agustín Guerrero se entusiasma: "¡Sólo falta que se conozca esta movida!". Y Nicolás Tognola es el que mejor define el sentimiento de esta generación: "A veces es como luchar contra los molinos de viento, pero es lindo, es apasionante y hermoso". Señores del tango, el futuro ya llegó.
QUIENES SON
Agustín Guerrero, Formó La Branquita a los 11 años. Dirigió Cerda Negra en la adolescencia y está al frente de la OTAG
Hernán Cabrera, A los 18 años formó Vayan Saliendo en la EMPA y con 24 armó Ciudad Baigón. Tiene dos discos editados
Nicolás Tognola, A los 12 aprendió el fueye y tres años después ya tocaba en orquestas. Con 19 años fundó Hojarasco
TEXTUALES
"El tango es una música de jóvenes, no de viejos."
Agustín Guerrero
"El panorama cambio. Si sos oyente de tango, todos los días tenes algo nuevo para ver."
Hernán Cabrera
"No hacer covers es lo mejor que le puede pasar al tango"
Nicolás Tognola
COMO SUENANCIUDAD BAIGON
Destierro (2011)
Estética oscura, tangos nuevos como el himno "Hacia las cenizas" (dedicado a la tragedia de Cromagnon), instrumentaciones brumosas y de giros ricoteros delinean el sonido de esta orquesta de doce integrantes.
OTAG
Resurgimiento (2011)
Entre la sonoridad moderna de Horacio Salgán, la pared instrumental a lo King Crimson y el dodecafonismo "tanguero", la orquesta de 15 músicos deslumbra en su disco debut, con obras propias.
HOJARASCO
No edificarás en mi nombre (2011)
Experimental y rupturista, la agrupación del bandoneonista Nicolás Tognola juega musicalmente entre las tensiones de canciones urbanas con guiños al rock y el candombe. Un tango alienado y en búsqueda.
Fuente: La Nación
1 comentario
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Cristina dice ...
8/7/2011 20:32
Tienen razón los chicos: para nuestra generación el tango era cosa de viejos. Es que en aquel momento no se había renovado, lo más nuevo que se podía escuchar era Piazzola, que para la generación de los tangeros "hacía cualquier cosa menos tango". Es un verdadero placer escuchar estas orquestas lideradas por jóvenes.
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