Antoine-Laurent de Lavoisier, como buen padre -de la química moderna- controla todo desde la altura de sus ojos de yeso. Su busto ocupa un ángulo del laboratorio de Química General, en la Facultad de Bioquímica. Al entrar allí intimida, muy fuerte en las fosas nasales, ese olor característico que dejaron las mezclas de reacciones, que se suma al que emana de decenas de frascos y tubos de ensayo, por más herméticos que sean. Ese olor al que los químicos ya se han acostumbrado tanto.

"Mi trabajo me encanta. Me interesa la docencia, pero me apasiona la investigación. Estoy dedicada la mayor parte del día a esto. Le doy gracias a Dios por el trabajo que tengo. Silvia Brandán se recibió a los 24 y desde entonces no paró en el universo de las fórmulas y las cadenas. Estudió en dos facultades de la UNT y en España. Ahora, en la Facultad de Bioquímica, enseña y dirige un proyecto de investigación para identificar moléculas de importancia orgánica, farmacológica y biológica.

En el escritorio, Brandán tiene copias de las nueve publicaciones de sus trabajos en revistas científicas extranjeras de este año, y cuenta que tiene tres en vías de publicarse, más cuatro en preparación. Además ha sido invitada a publicar en libros, a un meeting en Montreal sobre nanomedicina y a otro encuentro científico en China, a causa de un trabajo sobre tirosina.

En medio del ajetreo de la cátedra, a Brandán le llegó la invitación a presentar su biografía en el International Biography Centre, una organización con sede en Cambridge (Reino Unido) que organiza un ranking de personas destacadas por sus logros profesionales. "En marzo de este año me llegó la comunicación de que había sido elegida entre 100 biografías de 100 países junto con la invitación a pertenecer a la institución. "Sólo tuve que abonar el envío del certificado, diploma y medalla", cuenta.

En la nota, el IBC la felicita por ser una "eminente profesional en el campo de la ingeniería química", y le comunican que fue "elegida entre miles de biografías enviadas de gran variedad de actividades... La contribución que usted hizo en su campo influirá en el ámbito local, nacional e internacional... Cada año sólo cien de los mejores ingenieros del mundo integran esta lista. Son personas cuyo trabajo diario hace una diferencia".

"Como paso todo el día en la compu, después sí o sí hago actividad física", dice Brandán. "Pinto al óleo, paisajes. Me encanta. Y hago escultura con arcilla y con yeso -la científica no deja de sorprender-. Hay que ponerse una meta. Siempre les digo a mis alumnos que no bajen los brazos nunca. Que se fijen una meta y que todo lo que uno se propone se consigue, con esfuerzo y perseverancia. Y con fe".

Fuente: La Gaceta