La reserva ecológica de la UNL, ese enorme manchón verde que aparece en el plano urbano de la ciudad recostado sobre la Costanera Este, es mucho más que un área natural protegida y que un lugar de esparcimiento saludable. Se ha convertido en un aula a cielo abierto, en una fuente inagotable de conocimiento sobre las bondades de la naturaleza autóctona, que la Fundación Hábitat & Desarrollo -ONG que coadministra el predio junto con la UNL- ha sabido promover hasta adentro de las escuelas. Y la propuesta ha encontrado masiva respuesta: es que, en todo 2009 y lo que va de 2010, ya concurrieron al predio cerca de 8.500 alumnos de la ciudad, de todos los niveles.

Este “puente ecoeducativo” lleva por nombre Natural Escuela, un programa educativo impulsado desde 2003 por la fundación que articula los contenidos de las Ciencias Naturales con actividades concretas a realizar a través de visitas guiadas en la reserva. Los alumnos asisten al predio y son acompañados por guías especializados que se valen de recursos lúdico-didácticos y material gráfico para dar a conocer las características de la flora y fauna autóctonas -distintas especies arbóreas, mamíferos, aves y reptiles, etcétera-, procurando generar toma de conciencia sobre el cuidado y la preservación de los recursos naturales.

Fuente: Diario El Litoral