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“Fue una experiencia muy motivadora”
Estudiantes de Artes Visuales de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la UADER fueron seleccionados para representar a la provincia en la Bienal Internacional de Esculturas, que se realizó en Resistencia (Chaco) del 17 al 24 de julio, para participar del Premio Desafío 2010.
La mencionada Bienal incluyó entre sus actividades el Concurso Internacional de Esculturas, del cual participaron los más prestigiosos artistas del mundo; el Concurso Nacional del Bicentenario, que convocó a 10 escultores argentinos; y el Premio Desafío en el que fueron escogidas 16 Escuelas de Bellas Artes de diferentes provincias. Todas estas instancias son realizadas a cielo abierto y ante miles de espectadores. En conversación con el Dpto. Comunicación de Rectorado, Carlos Battauz, Alejandro Cerávolo y Francisco Mateos compartieron su experiencia.
DC: ¿Que significó para ustedes participar de la Bienal?
Mateos (M): Es muy importante para nosotros, ya que nos brinda la posibilidad de representar a nuestra provincia como escultores.
Cerávolo (C): Probablemente sea el evento referido a la escultura más importante de Argentina, e incluso de Sudamérica. Considerando la cantidad de gente que moviliza, sólo es comparable a ARTEBA, que se realiza en Capital Federal.
Battauz (B): Además, este tipo de participación nos permite entrar en los circuitos de la escultura a nivel nacional. Existen distintos encuentros en el país, y el de Resistencia es el más importante.
DC: ¿En qué consiste el Premio Desafío?
B: Se trata de realizar una escultura en 48 horas corridas sobre un tronco de dos metros de alto por 35/45 cm. de diámetro, este año la temática era el Bicentenario. Como es tan poco el tiempo de creación hay que enfrentar y superar las dificultades que se van presentando, como las condiciones climáticas, a través de decisiones que son tomadas en el momento, más allá del proyecto original presentado. En ese sentido es una experiencia única.
DC: ¿Cómo fue la experiencia de compartir el espacio con artistas de talla internacional?
M: Fue muy grato trabajar en el espacio junto a escultores de renombre nacional e internacional y, además, con algunos de ellos pudimos intercambiar cuestiones de técnicas de trabajo, pero lo cierto es que todos estuvimos muy atareados en la confección de nuestras obras.
C: Es cierto, el trabajo era muy intenso y no había mucho tiempo para relacionarse más con los otros escultores, pero igualmente fue una experiencia muy motivadora.
DC: ¿Qué idea intentaron materializar en la obra bajo la consigna del Bicentenario?
B: La intención de la obra fue proyectar el siglo venidero; es decir, no hacer un repaso de los dos siglos de historia, sino plantearlo hacia futuro, esbozar el nacimiento del nuevo siglo para representar la renovación de la esperanza. En principio, lo pensamos en términos de conceptos como Patria o Nación, pero luego no quisimos limitarnos sólo al momento histórico de los primeros 200 años del país.
C: Por eso decidimos organizar la obra en tres partes, con dos columnas y una cáscara que se abre, queriendo significar los dos siglos pasados, desde los que surge el nuevo con forma de llama. De allí el nombre de la escultura, Alumbra, donde se juega con la figura de la llama y la de alumbramiento, de nacimiento. El trabajo terminado, que llega a los tres metros, remite a la imagen de un faro con su lumbre.
DC: ¿La gente del lugar se interesaba por el evento?
C: Sí, muchísimo. Realmente nos sorprendió que un evento de estas características haya tenido tanta concurrencia, teniendo en cuenta además las inclemencias del tiempo y el polvillo insoportable que producía el desbaste de la madera. Aún así la gente acompañó a lo largo de toda la competencia.
B: Es que la Bienal tiene algo de espectáculo. Generalmente, entre el artista y el público se establece una especie de barrera que en esta ocasión no existió, fueron muchos los que mientras esculpíamos se acercaron, para hacernos preguntas o alentarnos
M: En plena tarea levantábamos la cabeza y nos encontrábamos con un tumulto de personas observando nuestro trabajo.
C: También nos resultó notorio el estado de conservación de las esculturas emplazadas en la ciudad, no sólo por el mantenimiento que realiza la Municipalidad a través de una repartición que se ocupa específicamente de la restauración del arte público, sino porque es raro encontrar una obra escrita por la gente o arruinada por una pegatina. Esto demuestra que todos los ciudadanos de Resistencia están comprometidos con el esfuerzo de conservación y eso es muy valioso.
DC: ¿Sobre que material trabajaron y qué herramientas utilizaron?
M: Trabajamos sobre mora blanca. En cuanto a las herramientas de trabajo, básicamente usamos la motosierra y la amoladora, además de las gubias y otras herramientas manuales necesarias para pulir y desbastar la madera. El modelado llevó unas 40 horas de trabajo.
DC: ¿Comparten referentes comunes en el arte de la escultura?
C: No, no los tenemos; es más, los tres vamos por distinto camino. De todas maneras, pudimos sortear bien la etapa de planteo inicial del tema y llegamos a una fórmula consensuada. A partir de la definición de las características esenciales de la obra armamos un esquema en el que armonizamos. Por ejemplo, las líneas rectas que a mi me gustan con las curvas, que son de la preferencia de Battauz, buscando así un equilibrio.
DC: ¿Cómo es el proceso de creación de una obra como Alumbra?
B: Toda creación artística supone un trabajo previo de reflexión, de elaboración racional, que tiene que ver con pensar la idea, las formas, la estructura, los recorridos, las rotaciones, las proporciones que finalmente va a adquirir la obra. Luego se pasa al trabajo en sí.
M: La experiencia de realizar una escultura en madera en un plazo de 48 horas fue muy intensa. A veces se requiere de una semana para lograr cierta adaptación del artista al medio de trabajo, considerando cuestiones tan simples como entrar en conocimiento del lugar que ocupan las herramientas. En Resistencia, ese período se redujo a dos días. Todas las decisiones referidas a modificaciones se tomaron a contra reloj. Esta fue una parte importante del desafío.
C: Al final, en esta suerte de adaptación del modelo a las condiciones reales del material, hubo que realizar muy pocas modificaciones, resultando muy fiel a la representación original que nos hicimos de la obra.
DC: ¿Se sintieron acompañados por la Universidad Autónoma?
C: Totalmente. En el intercambio que se estableció con otros participantes de la Bienal nos enteramos que muchos de ellos no contaron con el apoyo de sus instituciones, a diferencia de lo que nos sucedió a nosotros que sí lo tuvimos por parte de la Universidad. Prácticamente éramos la única delegación, de las 16 que participaron en el certamen, que había recibido ayuda económica concreta para poder intervenir en este importantísimo encuentro cultural. Además, la Universidad nos ha invitado a participar de la producción de un audiovisual para contar nuestra experiencia, lo cual nos alegra mucho.
Fuente: UADER
1 comentario
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Cristina dice ...
5/8/2010 11:00
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