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Edificios inteligentes: el futuro más cerca de llegar a Santa Fe
Un experto de la UTN promueve las ventajas de estos inmuebles programados para hacer eficiente el uso de la energía doméstica, o dar alarma ante intrusiones. Asegura que el nuevo edificio de Jerárquicos Salud será el primer edificio inteligente de la ciudad.
Es la tarde y usted está en su departamento, que ocupa uno de los pisos de un edificio inteligente. Aún hay luz natural y, para aprovecharla, las ventanas se abren automáticamente; algunas luces artificiales se apagan (pues están prendidas innecesariamente) y así se ahorra energía. Se activan también automáticamente las alarmas de seguridad -que pueden detectar, a través de sensores de presencia, una eventual intrusión- y contra incendios. Como en el suyo, en el resto de los departamentos de ese edificio “del futuro” pasa algo parecido.
Durante la noche, el sistema hará que la climatización sea óptima; al haber menos grados de temperatura, entonces se abrirán en forma automática algunas ventanas, y así durante el día siguiente el aire acondicionado refrigerará menos y consumirá menor cantidad de energía. Además, de madrugada, se prenderá el lavarropas, también para ahorrar energía. Usted dormirá tranquilo, sin acordarse de que su vivienda está trabajando.
A la mañana, desde su trabajo, podrá controlar con un click el estado de su vivienda: si hay algún movimiento extraño, el sistema le enviará un mensaje de alerta a su computadora o celular; usted podrá hacer un chequeo sin levantarse de su oficina. Está contento porque por la tarde recibirá a sus amigos; cuando lleguen, el sistema inteligente del edificio adaptará la climatización a la cantidad de personas que detecte en el ambiente.
¿Milagros de la ciencia moderna? ¿Objeto de deseo que desvela a una sociedad cada vez más ávida de confort y simplicidad? ¿Realidad cada vez más próxima? Un poco de todo: los edificios inteligentes -que están teniendo un importante desarrollo en EE.UU y Europa- no están tan lejos de llegar a Santa Fe. Por lo pronto y hasta tanto, desde las academias hay que formar profesionales. Esa es la convicción del Mg. Ing. José Luis Torres, un experto de la UTN que dicta cursos a distancia sobre los llamados edificios inteligentes a arquitectos, ingenieros, técnicos eléctricos y en seguridad.
Torres integra junto con otros especialistas de esa facultad regional el Grupo de Investigación en Control y Seguridad Eléctrica (Cyse). Hace dos años empezó a trabajar en domótica -automatización de viviendas-. Dictó un curso sobre este tema en 2010, y luego decidió saltar a la gran escala y se le animó a los edificios inteligentes.
Características
“Un edificio inteligente es aquel que se adapta a los cambios externos. Una de sus características centrales es la eficiencia energética y la sustentabilidad: usa los recursos que tiene el edificio de manera eficiente”, define el diálogo con El Litoral. Y calcula que entre un 10 y un 15 % del valor de la casa es lo que sale estimativamente hacer inteligente una vivienda grande. “No es barato, pero ese valor se amortiza”, asegura.
En un edificio de este tipo todos los servicios están integrados e interrelacionados. Esta es la diferencia central entre un edificio automatizado y otro inteligente: “El primero puede tener iluminación o climatización controlada, pero sus sistemas no están interconectados, sino que trabajan en forma individual. En cambio en uno inteligente, un mismo sensor puede usarse para iluminación y para seguridad a la vez. Hay una red central donde se da una integración de todos los servicios”, aclara.
Climatización e iluminación
Ahorrar energía en forma eficiente y sustentable es una de las características fundamentales de estos modernos edificios, y una de sus características principales. “En un edificio de oficinas, por ejemplo, entre el 60 y 70 % del consumo energético se lo lleva la climatización y la iluminación”, recuerda Torres.
Un ejemplo de climatización inteligente: en verano, por la noche -cuando hay menos grados de temperatura- en un edificio inteligente el sistema puede abrir una ventana de la vivienda, y así al otro día el aire acondicionado refrigerará menos y se consumirá menor cantidad de energía. “El sistema mide con una estación meteorológica interna las condiciones exteriores -humedad, temperatura, viento-. Con eso, envía una señal a un motor instalado en una ventana para que la abra y refresque el ambiente. Ahí hay ahorro. Además, si hay ambientes ocupados por varias personas, la climatización se adapta a la cantidad de gente que haya en un determinado ambiente”, completa el experto.
Un edificio inteligente utiliza cuando es posible la iluminación natural a través de ventanas. “Es decir, compensa la iluminación artificial de las lámparas con la iluminación natural, a través sensores de luminosidad internos y otros equipos específicos. Todo se hace de manera eficiente y sustentable”, insiste Torres.
—¿Cuán lejos estamos de que se vean estos edificios en Santa Fe?
— En la ciudad ya hay edificios de los que se dicen que son inteligentes pero en realidad son automatizados. Son dos cosas distintas. El primer edificio inteligente será el de Jerárquicos Salud que se está construyendo (Ver aparte). El tiempo depende de la dinámica del mercado. Mientras tanto, nosotros lo que hacemos desde la universidad es formar gente, dar una capacitación específica profesional. Al curso asisten ingenieros, pero también muchos arquitectos y técnicos especializados en seguridad o iluminación, hasta instaladores eléctricos o vendedores de productos. Es amplio el abanico.
Fuente: El Litoral