Noticias
Cada vez más conectados, pero también más invadidos
Un relevamiento de la UNC revela el sentimiento de la gente hacia la tecnología. Muestra que sienten satisfacción de estar en contacto con los demás y, a la vez, una especie de esclavitud.
La gente está tan conectada como invadida en su intimidad. Disfruta de la instantaneidad, de la velocidad y la accesibilidad que ofrecen los distintos dispositivos tecnológicos, pero –a la vez– siente que pierde su privacidad en el momento en que cualquiera puede rastrear sus datos íntimos o sus antecedentes.
Además, la disponibilidad sin límites, a toda hora, todos los días, provoca la sensación de que el tiempo propio, de soledad y de reflexión se diluye. El sentimiento es ambivalente, entre la satisfacción de sentirse en contacto con los demás y una especie de esclavitud. El vínculo con el mundo digital es de dependencia y de atracción, de necesidad pero, a la vez, de deseo de escaparse momentáneamente de la red.
Estas son algunas de las conclusiones de un relevamiento que realizó la Cátedra de Psicología de las Masas y Medios de Comunicación de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, a cargo de Enrique Virdó y de la que participaron Damián Camaño y Judith Yurman.
Se trata de un muestreo no aleatorio a 418 personas de ambos sexos de entre 22 y 45 años de la ciudad de Córdoba, en el que se buscaba confirmar si las personas que utilizan dispositivos digitales y redes sociales de manera permanente también buscan formas de limitar la accesibilidad absoluta.
Pese a que los resultados obtenidos sólo representan a las personas encuestadas, las conclusiones son similares a las obtenidas en otros estudios internacionales.
El trabajo refiere al del psicoanalista estadounidense Sherry Turkle, quien en su libro Alone together analiza el impacto de las tecnologías en la vida de las personas. Turkle observa una fuerte dependencia hacia los dispositivos digitales y el estrés que manifiestan los entrevistados al sentirse obligados a estar disponibles de manera permanente. “La ilusión de control total que otorga la tecnología se opaca cuando se siente que uno también está controlado”, indica el informe.
¿Accesible o esclavo?. “Siento que soy esclava cuando indefectiblemente necesito algún equipo para acceder a información”, grafica Andrea (45), arquitecta, cuando se la consulta sobre algunas de las preguntas del muestreo. Y agrega: “Siento que pierdo privacidad, pero no me genera miedos sino incomodidades”.
La mayoría de los encuestados por la UNC aseguraron que prefieren ser contactados a través de una llamada a su celular o por mensajes de texto. La gente valora ser contactada en cualquier momento y lugar. La mayoría (59 por ciento), no obstante, no atiende el celular si no reconoce a quien llama. “No lo apago nunca, pero no atiendo llamadas de trabajo ni respondo mensajes de trabajo fuera del horario que debería”, asegura Karina (39), arquitecta.
El 82 por ciento de los encuestados dice que responde de manera inmediata los mensajes de texto que recibe. Es como una norma no escrita entre usuarios. Indican, además, que se presume que el emisor del SMS espera una respuesta.
Por otra parte, casi el 50 por ciento de los usuarios de Facebook, la red social más extendida, no actualiza su página todos los días. “Sí, la actualizo porque me mantiene en contacto con mis seres queridos. Es como salir al balcón y decir: ‘hola, ¿cómo están?’”, plantea Victoria (37), arquitecta. Sin embargo, cree que no es conveniente estar siempre accesible. “Debemos respetar nuestros tiempos internos. No se puede estar todo el tiempo en el balcón”.
Karina, por el contrario, no actualiza su página cada día, pero sí está viendo qué pasa. “Siento que me conecto con más gente de la que puedo ver”, dice.
Casi 70 por ciento de los encuestados dice estar limitando la cantidad de amigos que accede a su información privada.
Disponibilidad total. Siete de cada 10 consideran conveniente estar disponibles todo el tiempo. En este sentido, la mayoría (73,2 por ciento) nunca apaga su celular. “La dependencia a la red digital supera la necesidad de descanso o de desconexión: persiste la fantasía de que siempre puede recibirse una llamada importante o de urgencia”, indica el informe.
En este sentido, el 45 por ciento de los encuestados asegura que con las tecnologías nunca se siente solo. Y el 63 por ciento admite que poder comunicarse en cualquier momento con alguien implica también estar disponible siempre para todos.
“No me imagino la vida sin celular, Internet y Auto Cad ni los programas en 3D”, dice Victoria.
A juzgar por los resultados del relevamiento, el e-mail dejó de ser la forma más común y popular de utilizar la web, ya que ha sido superado por las redes sociales. El 63 por ciento no contesta los mails todos los días. Sin embargo, para muchos es un canal de noticias laborales y sociales de importancia.
Si se analizan los datos por rango de edad, no se observan diferencias sustanciales. Sin embargo, hay algunas. Los mayores de 30 años, por ejemplo, consideran que la accesibilidad permanente no es tan conveniente como para las más jóvenes.
Caro (21), estudiante de Publicidad, siempre está disponible en el celular, pero no siempre está conectada. “Mi celular no tiene conexión a Internet porque ya tengo computadora en casa”, dice Caro. “Yo uso la tecnología, ella no me usa. Genera una cierta adicción, pero es controlable”. Y agrega: “Mediante las redes sociales todas las personas saben qué hacés. Hay información que no me gusta compartir, porque son datos íntimos que prefiero compartirlo con amigos, familiares, pero fuera de Facebook”.
Fuente: La Voz