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100 genialidades de Córdoba, a competir
Van a Innovar, el concurso de diseños e ideas innovadoras más importante del país. Seguridad, discapacidad y sustentabilidad, los conceptos clave. Se pueden votar en Internet.
Hay ideas muy “locas” en la nueva edición del concurso Innovar, el certamen más importante del país que premia la innovación y es organizado por el Ministerio de Ciencia de la Nación. El 28 de este mes se conocerá a los ganadores.
Muchas de ellas pertenecen a cordobeses, y algunas podrán verse desde este martes y hasta el viernes en el Parque Científico Tecnológico de la Universidad Nacional de Córdoba, Ciudad Universitaria.
El ingenio local presentó 100 ideas en las categorías más importantes, casi 14 por ciento del total nacional. Sin menospreciar el trabajo de mentes más osadas, corresponde empezar por las más útiles y realistas. Por ejemplo, mejorar la vida de las personas con discapacidad.
Buena parte de los 100 inventos y conceptos cordobeses presentados apuntan en este sentido. Pablo Cayuela (37), ingeniero electrónico, construyó un anotador Braille parlante. “Mi objetivo fue bajar los costos con tecnología hecha aquí. La Provincia y la Universidad Tecnológica Nacional nos dieron su apoyo para construir unos 10 aparatos y donarlos al Instituto Helen Keller”, comenta.
Natalia Isuardi diseñó una butaca de auto para niños con discapacidad. Otro ejemplo es el porta sillas de ruedas plegable para autos, de Santiago Pozo Arce. Hay varios más.
Ser sustentable. Entre otros productos sustentables presentados por cordobeses, hay dos electrodomésticos que parecen imposibles. Nicolás Araya diseñó un lavarropas que no usa agua y Santiago Orionte, una heladera que enfría con el sol. El primero funciona con dióxido de carbono y está pensado para lavados industriales. Utiliza sólo dióxido de carbono y detergente biodegradable: la ropa sale seca y sin arrugas.
La heladera de Orionte (24) consume menos energía, no sólo porque se alimenta con la luz solar que utiliza para generar un proceso de absorción de calor. “Queríamos trabajar con la eficiencia energética y vimos que la heladera era uno de los causantes del mayor consumo energético del hogar”, comenta. Su diseño, todavía en los papeles, la desarrolla con módulos que se abren por separado para evitar que se pierda frío.
Desde 2008, han fallecido 27 obreros de la construcción y por día se producen tres accidentes laborales en este rubro, según Uocra. Maximiliano Peralta (27) creó un sistema de seguridad para impedir estos siniestros.
Es un dispositivo de advertencia que complementa barandillas, bandejas, casco y arnés. “Advierte sobre el uso o no uso de estos elementos de seguridad cuando el obrero está en zona peligrosa, explica. Una plataforma inalámbrica delimita la zona de riesgo: si el trabajador avanza sin el arnés, deberá ponérselo para desactivar la alarma.
Ahora sí, los proyectos alocados: Juan Luchini desarrolló un sistema de purificación del aire a partir de unas paredes exteriores de algas cianobacterias. Estos microorganismos se alimentan del dióxido de carbono presente en las grandes urbes y lo transforman en oxígeno.
Luego, todo el material sirve para hacer biocombustible. “Para que se lleve a cabo, primero deberían cambiarse las normativas de edificación y hace falta una fuerte inversión inicial para poner en marcha la propuesta. Pero la tecnología está disponible”, cuenta.
En tanto, Pablo Ruiz se animó a diseñar una nave de carga, mezcla de avión y dirigible. Tiene capacidad para llevar mil toneladas. Puede despegar y aterrizar en forma vertical y permanecer quieta en el aire, lo que permitiría operarla como una grúa. Innovación pura.
Fuente: La Voz