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La comunicadora que dejó su cálido Junín por el frío de Noruega
Un día se enamoró de un noruego y se fue a vivir al país escandinavo. Allí dirige las comunicaciones de una gran empresa.
Luchadora de la vida, multifacética, emprendedora y profesional, son los adjetivos que brotan naturalmente al conocer la historia de Patricia Wouters (45). Esta comunicadora mendocina vive desde hace 10 años en Kongsberg, Noruega, donde logró su objetivo: "Aprovechar las características y ventajas de un país estable y desarrollado para maximizar mi potencial humano y profesional en toda su extensión", escribió vía mail desde esa ciudad.
Pero antes de haber logrado su actual puesto como coordinadora de Comunicación Interna en el Departamento de Ingeniería en FMC Technologies -la empresa líder en el mercado mundial en desarrollo de tecnología offshore para la extracción de petróleo en el mar- tuvo un comienzo complicado que le requirió un esfuerzo extra: "Crecí y viví en Junín hasta que me casé a los 17 años, mientras cursaba el quinto año de la secundaria, embarazada de mi primera hija Victoria".
"Con mi marido nos mudamos a San Martín, Nació la niña y al cabo de unos pocos meses, ¡sorpresa!, estaba embarazada de nuevo de mi segunda hija, Marianela. Así nos encontró la vida a él con 17 años y a mí con 18 con una bebé y otra en camino", relató Patricia, que no se dejó abatir por la situación y logró recibirse de licenciada en Comunicación Social en la Universidad Maza.
Partir por amor
Tras la separación de su primer marido, Patricia encontró el amor en el país nórdico por una vía que hoy puede no resultar demasiado llamativa, pero que sí lo fue 13 años atrás: "Me enamoré de un noruego - mi actual marido- por internet.
Después de tres años de relación, con algunos viajes incluidos, había que tomar una decisión: había quedado embarazada de mi tercera hija, Sara. Esperé a que ella naciera en Mendoza y me fui a vivir a Noruega cuando cumplió un mes. Allá me casé por segunda vez en 2002", contó.
Por supuesto que la decisión no resulto fácil pero ella estaba convencida de que "a pesar de lo compleja que parecía la situación, en un futuro mis hijas iban a tener oportunidades únicas que de hecho ahora tienen: viajes, estudios, una estructura segura en donde apoyarse".
Inquieta como siempre, a Patricia no la afectó desconocer el idioma y al principio se manejó en inglés. Al cabo de 7 meses, una vez que lo aprendió, se decidió a armar su propia consultora de comunicación, hasta que hace tres años entró a trabajar en la empresa mencionada. Allí, sus tareas incluyen hacer la intranet del departamento de ingeniería de la empresa, el diseño y publicación de newsletters, la estrategia y planificación de la comunicación interna, el diseño de presentaciones y cursos de comunicación para el personal del departamento, entre otras.
Pero además de su empleo estable también se desempeña unas horas como personal trainer y asesora en comunicación a una firma noruega que comercializa tecnología en Argentina. Además realizó un posgrado en Historia del Arte.
Esto le fue posible gracias a que la compañía donde trabaja tiene un sistema llamado "flex-time", en el que el empleado tiene un horario general de 8 a 16, con un "core" de 4 horas en donde se espera que la persona esté en el lugar de trabajo. Y si, por ejemplo, un día uno no puede o quiere trabajar, puede recuperar ese día el fin de semana o hacer horas extra en la semana siguiente.
"Ese tipo de flexibilidad permite que uno trabaje, y que también pueda desarrollar otras actividades sin problemas: vida familiar, hobbies, intereses", destacó quien vive actualmente con su marido Glenn y sus hijas Marianela (25) y Sara (10), mientras que la mayor, Victoria (26), volvió a Mendoza.
Reservados y reflexivos
Sobre las grandes diferencias entre noruegos y mendocinos, la juninense describió: "La gente es en general reservada, habla poco, escucha mucho y el lenguaje no verbal es limitado lo cual, a una persona como uno que viene de una cultura expresiva, le produce al principio problemas de interpretación.
Uno se pregunta: ¿entiende lo que le digo?, ¿le molestó algo que dije?, ¿por qué no responde? En realidad, el noruego no responde porque está reflexionando sobre lo que has dicho y preparándose para preguntar más en detalle".
Además, relató que todo se planifica con gran antelación: tanto el trabajo como actividades sociales. "Una cena o una visita se planifica por lo menos con una semana de anticipación. No existe eso de ?caer' de visita", graficó.
Por otro lado, remarcó que enNoruega son modestos y desprecian todo tipo de ostentación y lujos. "Eso no quiere decir que desprecien las comodidades, al contrario, se dan sus gustos e invierten grandes sumas en objetos personales, ropa, viajes, pero externamente las casas son muy similares".
Un aspecto de ese país que Patricia estima nunca se acostumbrará es el clima frío y la oscuridad en los meses de invierno: "Estos factores influyen en todo lo que hacés, te limita en la vida cotidiana y hace que actividades simples como salir de tu casa se conviertan en una compleja operación logística: guantes, camperas, gorros, accesorios fosforescentes, elementos especiales que le colocás a la suela de los zapatos para no resbalar. Hablamos de 15 o 20 grados bajo cero", detalló.
Fuente: Los Andes