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Dos científicos locales, entre los 100 mejores de la década
Recibieron el premio Konex en sus respectivas disciplinas. Consideraron que el reconocimiento fue un “premio colectivo” para todos lo que trabajan con ellos a diario. Hablaron del desafío de formar a los científicos del futuro.
Dos científicos locales, entre los 100 mejores de la década
Recibieron el premio Konex en sus respectivas disciplinas. Consideraron que el reconocimiento fue un “premio colectivo” para todos lo que trabajan con ellos a diario. Hablaron del desafío de formar a los científicos del futuro.
Pasión y perseverancia
Chan y Aimar son tanto investigadores como formadores de jóvenes investigadores. De tesistas, doctorandos, “postdocs”, investigadores asistentes, becarios, que van entrando al Conicet local, creciendo, formándose y saliendo para hacer sus carreras. Y tras éstos entran otros, y así sucesivamente. “Es como una fábrica de científicos”, bromeó Chan.
—¿Cuáles son las características o los atributos clave que se deben desarrollar y fomentar para formar a los mejores investigadores del futuro?
Chan: —La pasión es una de esas características. Un investigador que tiene pasión y perseverancia, sigue su camino con éxito. La inteligencia no es excluyente: no hay que ser un genio para hacer ciencia, ése es un mito popular.
Aimar: —Y no siempre la genialidad es suficiente para hacer ciencia. Hay gente que es muy brillante para pensar, pero no necesariamente lo disfruta. Lo ideal es un balance entre el pensamiento y la pasión.
Chan: —La ciencia demanda experimentación. Lo nuestro es puro experimento, hipótesis que deben ser demostradas o refutadas. Hay millones de accidentes experimentales que hacen que las prácticas en el laboratorio fracasen, y los fracasos se dan mucho más seguido más que los aciertos. Para ser un buen investigador hace falta tener mucha perseverancia, saber aguantar el fracaso y levantarse.
Fuente: El Litoral