Lo más probable es que el nerviosismo y la incertidumbre sean los compañeros inevitables durante los primeros días de trabajo, sin embargo existen algunas medidas que pueden facilitar este proceso, ya que de lo contrario podría traer consigo angustia, tensión, estrés y en el peor de los casos depresión.

Antes de comenzar con el nuevo empleo e incluso antes de enfrentar el proceso de selección, es recomendable informarse acerca de la nueva compañía, conocer las características del negocio, el mercado donde se desenvuelve y su cultura organizacional. Parte de esta información se puede obtener en el sitio web oficial de la empresa o en Linkedin.

En la oficina el nuevo integrante será el punto de atención durante las primeras jornadas. "Lo más importante es mantener una actitud positiva, de apertura frente a los nuevos compañeros, hacia el trabajo y hacia los nuevos desafíos que se presenten", asegura Paloma Alvear, Management Development Senior Analyst de Randstad Chile. Asimismo, recomienda que "independiente de las reacciones que se perciban el primer día, lo ideal es no establecer prejuicios, ya que toma tiempo conocer al equipo e integrarse a este".

Observar, escuchar e intervenir en el momento adecuado, son aspectos claves para integrarse a una nueva organización y a un nuevo equipo de trabajo. Alberto Rubio, decano de la Escuela de Posgrado en Negocios de la Universidad de Belgrano (UB), Argentina, dice que la actitud del nuevo integrante debiera caracterizarse por su "capacidad de escucha y aptitud para reconocer las prioridades de sus nuevos pares. Además, debe saber encontrar el momento preciso para situar sus opiniones y hacerlo con convicción. Debe ganarse respeto por sus modos de proceder y por sus razonamientos".

En este mismo sentido, Álvaro Vargas, gerente general de Trabajando.com Chile, destaca tres consejos prácticos que podrían servir para integrarse a un nuevo equipo de trabajo:

1.    Sociabilizar con tu equipo: al integrar un nuevo contexto laboral se debe tener sentido común y empatía, esto ayudará a ser asertivo en las relaciones interpersonales que establezcan en un comienzo. En estas relaciones, de debe tratar de usar los nombres de tus compañeros tan a menudo como sea posible, para no olvidarlos. Es necesario además, tener la claridad de que el equipo al cual se está integrando tiene un ritmo de trabajo propio el que deberá identificar e integrar con posterioridad.

2.    Tiempos y ritmos de trabajo: no olvidar que hay tiempos en los cuales va a ser necesario integrarse al mismo ritmo de trabajo que el resto del equipo. Al enfrentarse a eso, se debe observar el contexto en el cual el resto se mueve, sobre todo en situaciones más comunes como los almuerzos o breaks.

3.    Tarea para el hogar después del trabajo: cuando se llega a casa, es bueno anotar en una lista, el nombre de todos los compañeros que recuerde. Enumerarlo según sus cargos y responsabilidades. Esto ayuda a recordar más claramente quién es quién.

Ahora, ¿Qué sucede si la nueva organización posee una cultura organizacional muy diferente a las de las empresas donde me he desempeñado?

Paloma Alvear, sostiene que no hay que desalentarse, es necesario "comprender que cada compañía tiene estrategias y objetivos diferentes por lo que ver cada instancia como una posibilidad de aprender y adquirir nuevos conocimientos y experiencia".

Por lo tanto la sugerencia, es abrirse a esta nueva cultura y comenzar a empaparse de ésta. Un buen punto de partida, sigue siendo la observación. Poner atención en cómo se comportan los colegas, cuál es la comunicación que tienen entre ellos, de qué manera van vestidos, conocer los horarios, etc. Alvaro Vargas, agrega que "no debes llegar e imponer una "nueva forma" para funcionar, es muy importante que seas cauteloso, participativo, pero no invasivo. Se capaz de observar al resto, ya que eres tú quien viene integrándose a una organización ya formada", afirma.

Por supuesto que la integración al nuevo lugar de trabajo, no es solo tarea del trabajador. Es común entre las compañías contar con un proceso de inducción que ayudará al nuevo trabajador, tanto a conocer sus tareas como la cultura de la organización. La información que la empresa provee en este proceso resulta "relevante a la hora de retener al personal y promover un buen clima laboral, ya que tienen estrecha relación con potenciar el nivel de compromiso y el sentido de pertenencia con la organización", asegura Paloma.

"En términos generales, cada vez hay más conciencia de parte de las empresas, a invertir en su capital humano, con el objetivo de integrar", dice Vargas, por lo que las compañías además están contemplando actividades como paseos, celebraciones, salidas a terreno, cursos, coaching, etc.

Finalmente la analista de Randstad Chile, revela que la convivencia extra laboral, igualmente es bienvenida. "Las actividades informales también facilitan la integración ya que al reunirse después del trabajo es posible conocer otras facetas de los propios compañeros e identificar puntos en común, potenciando así la cohesión dentro del equipo".

Fuente: Educamericas