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“El desarrollo de procesos colaborativos de conocimiento va más allá de la tecnología y abarca toda la constitución del entramado social”

11/06 |

Diseño y la arquitectura de información a partir de sus implicancias en los procesos educativos contemporáneos.

La Dra. María del Valle Ledesma es licenciada en Literaturas Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba; actualmente se desempeña como docente e investigadora en la Universidad Nacional del Litoral, la Universidad Nacional de Entre Ríos, la Universidad Maimónides y en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires, donde es profesora titular de Comunicación I y II. Se ha especializado en Comunicación y Diseño, y sus últimas investigaciones se orientan hacia los nuevos comportamientos y modos de leer generados por la irrupción de la digitalidad electrónica, desde una concepción del diseño como conformador de modalidades culturales. En esta entrevista, dialogamos acerca del diseño y la arquitectura de información a partir de sus implicancias en los procesos educativos contemporáneos.

¿En qué consisten el diseño y la tecnología en una ‘cultura on-line’?

Creo que el concepto de cultura on-line se puede sintetizar en el par ‘contenidos abiertos, contactos abiertos’. Me gustaría dejar las palabras flotando en el aire para que se alcancen a percibir las profundas implicancias de esas nociones, sobre todo para la educación superior y para el futuro de las universidades tales como las conocemos. Entre ambos términos del par se abre un espacio del que hay que ocuparse y en el que el diseño tiene mucho que decir, porque el diseño de comunicación –visual y auditivo– es la disciplina que se ocupa de organizar los contenidos textuales para que sean accesibles a la percepción humana.

¿Qué cambios implica para el ámbito educativo la introducción de nuevas tecnologías para la comprensión y el conocimiento?

Los caminos que se abren son, por lo menos, dos: o seguir como hasta ahora, ‘adaptando’ y emparchando nuestras instituciones a la zaga de los modos en que se ofrece la información, o damos vuelta la tortilla y aprovechamos la oportunidad histórica para ensayar otros modos, para reinventar otras escuelas, otras universidades. Sin embargo, no se trata de cuestiones que sólo tengan que ver con la tecnología sino de una comprensión más general acerca del carácter del conocimiento y del carácter de toda tecnología, inscriptos ambos en un régimen político. Si no se comprende esa relación, será difícil lograr cambios sustantivos. De hecho, los intentos de inclusión de las TICs en la enseñanza tienen ya muchos años: antes de Internet, el cine, la TV y el video buscaron su lugar en las aulas, preocupando a pedagogos y tecnólogos; pero si no han logrado una praxis es porque nada ha cambiado en la política educativa en los últimos 50 años.

¿Qué es la arquitectura de la información?; ¿en qué consiste el Infodesign?

Como todo espacio en formación, ambos pugnan por su definición a través de discursos fundacionales que reclaman especificidades o delimitan zonas de aplicación, en los que se ‘solapan’ el uno en el otro. Sin embargo, puede decirse que hay una especie de consenso según el cual la arquitectura de la información se ocupa del diseño estructural de entornos de información compartida y de la combinación de sistemas de organización, rotulado, búsqueda y navegación en sitios web e intranets; mientras que el Infodesign no se reduciría a las producciones digitales ni trabajaría con la programación de la información, sino con su organización. Es un campo ligado a la psicología cognitiva, a la arquitectura de la información y al diseño gráfico. Su área de aplicación abarca desde la mera presentación de datos hasta el establecimiento de estrategias de acción. Sus producciones aportan a discursos tan disímiles como el de la educación, la representación científica, la comunicación periodística o administrativa, y ocupan extensos espacios de la vida contemporánea, desde el diseño de soportes de información o los planos de las ciudades hasta la presentación de manuales de instrucciones o la visualización de procesos dinámicos de cualquier índole.

¿Cómo impactan estas nuevas maneras de construir, diseñar, organizar el conocimiento y la información en las clases presenciales y virtuales?

¿Cómo impactan o cómo tendrían que impactar? Digo esto porque la didáctica poco ha avanzado en esa línea tanto respecto a las clases presenciales como a las virtuales. La enseñanza a distancia, por ejemplo, ha tenido un logro importantísimo respecto a la posibilidad de reemplazar la presencia simultánea de enseñante y aprendiente, pero nada respecto a las estrategias de enseñanza y aprendizaje. Por otra parte, uno de los creadores del Infodesign, Edward Tufte, está empeñado en combatir el ‘Power Point’ que, según él, ha contribuido a ‘adelgazar’ las presentaciones, quitándoles espesor argumentativo. En otras palabras, no alcanza con conectarme a Internet para modificar mi modo de enseñanza. Como decía más arriba, o se piensa adaptativamente o se da un giro de 180 grados con todo lo que implica: subversión del aula, de la institución, del enseñante.

¿Qué relevancia adquiere el diseño de la información en los tiempos contemporáneos?

Para el Infodesign, la información es una materia prima a elaborar ya que, según sus propios productores, se trata de una especialidad destinada a presentarla de manera accesible a través de recursos visuales y auditivos. En un texto ya canónico para los cultivadores del género, Wurman lo ha definido como ‘el estudio de la organización de la información con el objetivo de permitir al usuario encontrar una vía de navegación hacia el conocimiento y la comprensión de la información’. En este sentido, es expresión del programa de una época caracterizada por la acelerada instauración de un estilo cognoscitivo en el que predomina lo que se ha llamado la visión no alfabética. Además, muchas de sus producciones son deudoras del predominio alcanzado por la información, la comunicación y el conocimiento en la totalidad de las actividades humanas contemporáneas inscriptas, a su vez, en una transformación de los discursos sociales que celebran la inmediatez, la velocidad, la amigabilidad y accesibilidad propia de los nuevos medios de acceso al conocimiento.

¿Cuáles considerás que son las consecuencias del crecimiento exponencial de la información para la educación? (coincidís, en este punto, con la hipótesis de que estamos en la “sociedad de la información”?)

Los primeros discursos sobre el Infodesign durante la pasada década del 70 son contemporáneos de la aparición de los conceptos de ‘sociedad de la información’ o ‘sociedad del conocimiento’ y, en general, se ligan a ellos de manera explícita o implícita. Como se sabe, ambas nociones remiten a realidades diferentes. ‘Sociedad de la información’ está más cercana a las concepciones neoliberales mientras que ‘sociedad del conocimiento’ es una noción más ‘académica’. Ahora bien, los teóricos del Infodesgin se ligan con estas expresiones, sin entrar a analizar concepciones subyacentes, haciendo caso omiso al hecho que cada modalidad denominativa expresa inexorablemente diferentes modelos de sociedad. A esto se agrega que los conceptos mismos de ‘información’ y ‘conocimiento’ son tomados como ‘comprensibles de suyo’ sin ser sometidos a ninguna exégesis o intento de precisión. Es lamentable, pero ninguno de los representantes teóricos del Infodesgin se interroga respecto de ésta cuestión.

Ante el llamado “dinamismo del conocimiento”, en el ámbito educativo los clásicos usos de la enciclopedia, del libro-objeto como espacio organizativo del conocimiento, tienden a ser redefinidos por las versiones on-line bajo la preeminencia de la Web 2.0: ¿se trata de una convergencia total de soportes y perspectivas? Frente a la existencia de múltiples entradas y con diferentes formatos a la información y a diferentes modos de elaboración del conocimiento, ¿estamos en un proceso de mayor diversificación de las posibilidades de elegir y trabajar colaborativamente (en el sentido de que con la Web 2.0 “ahora la historia la escribimos todos”)?

Efectivamente estamos en un proceso de mayor diversificación de elegir y trabajar colaborativamente, pero ninguna tecnología puede modificar el feroz individualismo de la época y la sociedad en la que vivimos.

Catalá Doménech en un célebre artículo ha dicho que la interfaz es el modelo mental que configura el imaginario de la epistemología de esta época. Esto quiere decir que, si bien las tecnologías llevan consigo un cierto diseño de sus usos, también es cierto que el modo en que se plasmen tiene que ver con el modo de ser, conocer y creer de la época. De la misma manera que los chinos conocían la imprenta desde el año 800 sin que se les ocurriese usarla para imprimir libros, ya que fue necesaria la constitución del universo burgués para que Gutemberg la impusiera en Occidente, la tecnología contemporánea con su increíble desarrollo está disponible para diversos usos de los cuales sólo algunos alcanzan a desplegarse: que nuestra época desarrolle o no procesos colaborativos de conocimiento va más allá de la tecnología y abarca toda la constitución del entramado social.

Fuente: Universidad Nacional del Litoral - CEMED

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