La economía argentina ha retomado la senda de crecimiento que se había iniciado a salir de la convertibilidad, luego de la desaceleración iniciada en el año 2008 hasta alcanzar tasas de crecimiento negativo durante 2009, en buena medida influenciada por la crisis internacional.
Si analizamos la evolución de la industria argentina durante el período de la posconvertibilidad, observamos que ha tenido un importante crecimiento del producto, del empleo, de la inversión, de la capacidad instalada utilizada, de las exportaciones.

Sin embargo, el modelo no ha podido revertir el proceso de concentración y extranjerización de la producción que se inició sobre fines de los 70 y se profundizó en los 90, existiendo actualmente una fuerte prevalencia de grandes empresas y grupos económicos en la estructura productiva, la cual varía según las distintas ramas de actividad fabril. Ello genera implicancias negativas sobre la eficiencia y la distribución de las rentas generadas a lo largo de las distintas cadenas productivas, observándose una asociación entre la evolución relativa de los precios mayoristas de una amplia gama de rubros fabriles y la respectiva estructura de esos mercados.

Aún cuando se estima que menos del 1% de las empresas industriales generan cerca del 40% del producto industrial y casi el 70% de las exportaciones industriales, el resto de las 80.000 empresas PYMES manufactureras que existen en el país tienen una rol fundamental en el crecimiento económico con equidad distributiva.

Ahora bien, como ser competitivo frente a la gran empresa que tiene ventajas derivadas de sus economías internas de escala, de sus departamentos de I&D para generar innovaciones permanentes, de su gestión profesionalizada, de su elevada capacidad de acumulación, del acceso al crédito y al mercado de capitales para financiar su crecimiento, y porque no de su capacidad de lobby frente a los más altos estamentos del poder político?

Se hace necesario entonces dejar de pensar a las PYMES en forma individual sino como parte de un sistema más amplio que eleve su ventajas competitivas. Allí aparece el concepto de cluster, de distritos productivos, donde adquieren importancia las economías externas, aquellas que no sólo se basan en la eficiencia interna de la empresa sino en las ventajas provenientes del exterior de las mismas, del entorno en el que se desenvuelve. Para ello se requiere la existencia de instituciones y empresas con capacidades y saberes, dados tanto por el conocimiento científico y tecnológico como por la experiencia acumulada. Pero fundamentalmente se requiere que existan relaciones entre esas empresas e instituciones, las cuales son facilitadas preferentemente por la cercanía en el territorio y por agentes dinamizadores de esas relaciones.

Es fundamental disponer en el entorno local de consultorias que permitan a las PYMES aprender y profesionalizar la gestión, de instituciones tecnológicas que hagan posible el desarrollo de proyectos innovadores o la resolución de problemas tecnológicos, de instituciones educativas que aporten a la formación de recursos humanos calificados acorde a lo que la empresa necesita, de instituciones empresariales que ayuden a pensar estratégicamente el desarrollo del sector, a prestar servicios colectivos a sus asociados, de empresas que tengan proyectos conjuntos e intercambien saberes a la vez que mejoren su posicionamiento en el mercado. Todo ello constituirá el Sistema Local de Innovación y permitirá elevar la competitividad de las PYMES de un territorio.

En Mar del Plata, a mediados de los años 90 surge la experiencia del IDEB, la red de Centros de Desarrollo Empresarial BID-UIA, los planes de Desarrollo Productivo, el CITEC financiado por la Cooperación Italiana y a partir del año 2004 el Plan Estratégico del Partido de General Pueyrredón y el Programa AREA que junto a las actividades de extensión y transferencia de la universidad han sentado las bases para la generación de un entorno innovador.

Hoy desde la Universidad Nacional de Mar del Plata se está trabajando en una nueva etapa: la creación de un Centro Integrado de Servicios Tecnológicos, cuyo objetivo es el asesoramiento y prestación de servicios tecnológicos y de capacitación especializada para contribuir a incrementar la competitividad de los sectores productivos de la Región. En él participan las cámaras empresariales y el gobierno municipal y provincial.

El Ministerio de la Producción de la Provincia de Buenos Aires ha priorizado esta iniciativa desde su Programa Distritos Productivos reconociendo quizá, como establece la CEPAL, que el crecimiento de largo plazo se explica en gran medida por la capacidad que tienen las economías para la generación e incorporación de conocimientos y tecnologías, por la educación y el entrenamiento de la mano de obra, por los cambios en la organización de la producción y por la calidad institucional. Pero también nos enseña que para que los países puedan aplicar de modo efectivo las nuevas tecnologías y cierren las brechas de productividad que los separan de las naciones avanzadas deben realizar esfuerzos endógenos de desarrollo de capacidades locales y de fortalecimiento institucional.

Sobre esta temática se desarrollará una charla el Jueves 20 de Mayo a las 18,30 hs. en el Aula Magna de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Nacional de Mar del Plata. Para más información comunicarse a extensión@eco.mdp.edu.ar

Fuente: Universidad Nacional de Mar del Plata - Ana Gennero de Rearte -Docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UNMDP.