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¿Qué ventajas otorga el patentamiento a la innovación?
Transforma una invención o intangible en un bien transable, lo que permite a su creador concretar negocios, generar ingresos, aumentar la competitividad y posicionarse en el mercado. Se trata del patentamiento o registro de propiedad intelectual, una práctica que en los últimos años ha ido aumentando paulatinamente en los países de América Latina.
Obtener una patente es clave ya que a través de ella, el creador o inventor “adquiere un privilegio otorgado por ley, valedero en un territorio determinado, por un período de tiempo específico, para explotar comercialmente su creación; de manera que pueda hacer uso del mismo como forma de recuperar la inversión realizada en su desarrollo”, explica Rodrigo Robles, director general de NEOS.
Carolina del Río, gerente general de Clarke, Modet & C° Chile, añade que al proteger la propiedad intelectual, el desarrollador de una idea puede “obtener beneficios económicos de dicha creación de manera exclusiva, impidiendo que terceros se apropien del conocimiento generado”. Este aspecto es primordial, asegura la experta, pues el patentamiento imposibilita que otras personas “copien o plagien sin ningún reparo una invención”, al estar ésta resguardada legalmente.
Para Del Río, patentar es además un proceso necesario en materia de innovación, especialmente porque está asociado a una serie de ventajas altamente diferenciadoras en un mundo cada vez más competitivo, “y porque en sí es la forma de rentabilizar el proceso innovativo”, dice.
En ese sentido, Robles, de NEOS, añade que “si no se protegen las innovaciones, y más aún, si se protegen pero no se utilizan adecuadamente, ni los innovadores ni el país verán el fruto de su esfuerzo creativo”.
Eso sí, el especialista advierte que una patente puede proporcionar ventajas comerciales a su titular, en el sentido de que evita o desincentiva la imitación y la competencia, sin embargo, no se puede afirmar que es una garantía de éxito.
“El éxito va a venir dado por la gestión del titular para explotar los objetos protegidos por la patente y su capacidad de sacar provecho económico a su derecho exclusivo durante la vigencia de la patente”, comenta.
Los pasos a seguir
Olga Moreno, directora División Patentes Jarry IP,recomienda al inventor que antes de presentar una solicitud de patente, evalúe lo que existe hasta el momento y luego determine si la solución técnica (o la nueva tecnología) que él propone cumple con los requisitos de patentabilidad, es decir, si es novedosa a nivel mundial e involucra un paso inventivo.
Según Carolina del Río, el requisito de novedad es indispensable y rígido, pues exige que la invención no haya sido divulgada o desarrollada, efectuada o utilizada anteriormente.
“Muchas veces vemos como empresas e investigadores pierden meses incluso años de trabajo, o hasta los beneficios que otorga la ley, por no haber respetado esta variable, la que finalmente impedirá que su creación pueda ser protegida. Esto, porque la ruptura del principio de novedad trae consecuencias graves e irreversibles”, señala la experta.
El segundo requisito es la “altura inventiva”, en cuanto la invención debe representar un avance suficiente en relación con el estado actual de la técnica y/o que no sea obvia de deducir; y “aplicación industrial”, referida a la factibilidad desde un punto de vista de aplicabilidad para cualquier industria.
A juicio de Del Río, el requisito de nivel inventivo o altura inventiva es, sin duda, la variable más compleja, “ya que es subjetiva, o sea que para una persona normalmente versada en la materia no le sea obvio juntar documento o su conocimiento para llegar al mismo resultado. Por este requisito es por el cual más se rechazan las patentes”, afirma.
Luego viene la etapa de redacción de patentes, que se inicia una vez que la invención esté finalizada, es decir cuando estén disponibles los datos que avalen su aplicación industrial.
Moreno, de Jarry IP, aconseja que esa redacción se realice con un equipo experto “porque la elaboración de este documento requiere de un alto nivel de pericia, ya que es fundamental que cuando se redacten las reivindicaciones de solicitud, además de dejar claramente establecido donde radica su novedad, se busque el mayor alcance posible en la protección, evitando así la copia o imitación del objeto protegido por parte de terceros”.
En ese sentido, resalta que una vez que una solicitud de patente se ha presentado ante la autoridad de examen correspondiente, ya no hay oportunidad de agregar materia adicional a la misma, por lo tanto, una solicitud de patente mal redactada y donde el concepto inventivo no se haya enmarcado con la amplitud apropiada, no tendrá oportunidad de mejorarse posteriormente.
Una vez presentada la solicitud de patente a trámite, ésta será objeto de la evaluación de los requisitos de patentabilidad por la autoridad local.
“Como resultado de este proceso, en el que se produce un intercambio de criterios técnicos entre el examinador y el solicitante, la patente puede finalmente concederse o denegarse. En caso de rechazo y si existieran argumentos técnicos aún para la defensa de la patentabilidad de la invención, la decisión de la oficina de patentes puede aún apelarse a instancias superiores, con vistas a su revocación”, advierte la especialista.
Si la patente es aceptada se otorga un registro, lo que demora generalmente entre tres y cinco años, pero la tecnología queda protegida con la primera presentación.
Fuente: Educamericas