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"Esto es más que una universidad que tiene una orquesta, es un programa de formación”

12/10 |

La Sinfónica Patagonia de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) dirigida por Facundo Agudín, actual director artístico y musical de Orchestre Symphonique du Jura (OSJ), Suiza, es la primera escuela-orquesta de la región.

orqCombina la formación práctico-teórica con la experiencia de formar parte de una orquesta sinfónica en presentaciones públicas. Hoy se presentará a las 20 en la Catedral en Carmen de Patagones y mañana a las 20.30 en el polideportivo Cayetano Arias en Viedma. Estamos hablando de unos 70 jóvenes músicos regionales y solistas profesionales. Eso es una de las cosas que destaca Agudín en esta entrevista con la agencia APP, que la Sinfónica Patagonia es “una orquesta mixta, integrada por estudiantes de niveles muy heterogéneos, pero también integrada por profesionales”. El programa, que parte de la selección de jóvenes músicos a través de audiciones, permite acceder a una beca que consiste en la capacitación en práctica orquestal tutelados por maestros integrantes de orquestas nacionales, gastos de traslado, estadía y material didáctico. Agudín reivindicó que la llamada música clásica no sólo tiene un origen folklórico o popular, sino que en general es más popular de lo que se reconoce: “Se llama clásica porque tontamente se la denomina así, se debería llamar simplemente música y está infiltrada en estratos distintos de la sociedad. Nuestra voluntad es que el repertorio que hagamos tenga música que puede ser reconocida no sólo por eruditos”.

-¿Cómo va esta tarea de dirigir y a la vez hacerse cargo de la formación y crecimiento de la Orquesta Sinfónica Patagonia de la Universidad Nacional de Río Negro?

-Somos un equipo de trabajo muy grande en verdad. Sinfónica Patagonia es un programa de estudio, un programa de formación que estamos construyendo en el Departamento de Extensión Universitaria de la joven UNRN. El programa es muy pujante y ambicioso, tal como la universidad lo es también. Es un proyecto complejo, ya que audicionamos estudiantes de música, estudiantes de instrumentos sinfónicos en toda la provincia, cada vez que estoy en la Argentina, que es más o menos tres o hasta cuatro veces al año durante algunos días. Y los chicos que tomo para la orquesta, que están en estudio, luego participan de talleres de trabajo, de reuniones de trabajo, que por ahora son dos veces al año, cada vez una semana. En estas semanas los chicos trabajan codo a codo, aprenden y tocan con unos 20 solistas más o menos de las mejores orquestas del país e incluso de Suiza, de mi orquesta.

-¿Cómo recibiste inicialmente está propuesta, teniendo en cuenta que es un proyecto complejo como vos decís y que tenés tu trabajo en Suiza y muchas presentaciones? Con la novedad, además, que hay pocas universidades nacionales, no ya con una orquesta, sino que tengan un coro.

-Esto es más que una universidad que tiene una orquesta. Por supuesto esta universidad tiene una orquesta porque tenemos un nivel artístico bastante razonable, bastante competitivo, aún ensayando muy poco. Pero esta universidad no sólo tiene eso, lo que tiene es un programa de formación en orquesta. Está bien, ocurre dos veces al año, porque tenemos la estructura que tenemos y los recursos humanos que tenemos. Nuestro equipo está desbordado de trabajo y la tarea organizativa y de coordinación del proyecto en la práctica la realiza un colega amigo que se llama Julio Carmona, que hace una tarea titánica, más los diferentes departamentos dentro del rectorado y en las sedes Andina, Atlántica y del Alto Valle. Lo que tiene de novedoso me parece este proyecto a escala nacional, pero también a escala regional, en relación a países vecinos, es que somos una orquesta mixta, integrada por estudiantes de niveles muy heterogéneos, pero también integrada por profesionales. Eso la coloca como en una liga un poquito distinta. Es un proyecto que tiene inspiración en el proyecto que también se desarrolla en la Argentina de orquestas infanto-juveniles, que tiene una función artística, pero que también tiene una función social. Para nosotros la función primaria es de comunicación y de formación. La segunda es artística. La función social también de unión de regiones distintas dentro de la provincia, de regiones también sociales, que tienen diferentes grados de aproximación al mundo de lo que, estúpidamente, llamamos de la cultura, pero no sé como llamarlo de otro modo. Esta orquesta ha dado lugar a que dentro del rectorado de la universidad podamos crear unas becas especiales al talento, de las cuales se han entregado a un cornista muy joven y muy virtuoso, que tiene solamente 13 años, de General Godoy, que se llama Jeremías Vertúa, y a una cellista de Bariloche, que ahora está pudiendo estudiar en el INSA de General Roca, a quien se compró un cello, porque nunca había tenido instrumento, y a una violinista que se llama Lucía Couto que está en estos días estudiando en Basilea, Suiza. Nos empieza a ocurrir que a algunos de los músicos de nuestra orquesta los empujamos un poco y logran puestos de estudio en sitios muy serios, de muy alto nivel. Mi segunda fase de trabajo y de trabajo político ahora es encontrar el apoyo y los amigos que nos permitan financiar y que nos permitan realizar todos los viajes de retorno de estos músicos que están estudiando en el extranjero para que puedan reunirse con la orquesta dos veces al año. Pienso que lo vamos a lograr.

-¿Personalmente cómo estás compatibilizando tu trabajo importante en Suiza con esta responsabilidad con la UNRN?

-Tengo muchos reemplazantes en Suiza en los ensayos y a veces también en los conciertos. Es cierto que son períodos de trabajo muy intensos y de preparación muy intensos. Pero la verdad que lo hago con mucho placer, es mi trabajo también, yo fui convocado para desarrollar una tarea ambiciosa por la universidad. La universidad está dirigida por gente ambiciosa, en el buen sentido, y por gente audaz. Una vez recuerdo en un viaje estábamos parados a las 6 de la mañana en un piquete más o menos entre General Roca y Villa Regina, con el rector y con el director administrativo en un auto. En un momento el piquete nos manda a dejar la ruta nacional y pasar por las chacras, había humo, era un despelote. Teníamos que ir a Villa Regina a ver el teatro, que es fabuloso, y el rector le dice al director administrativo, “te das cuenta, facundo es un audaz como nosotros”. La verdad me divierte muchísimo este proyecto y me lo tomo muy en serio, como ellos también se lo toman muy en serio. Pienso que el resultado de nuestra orquesta ha sorprendido a mucha gente, en el público, en nuestros músicos también, en los directivos y docentes de la universidad. Creo que esta orquesta va a estar a la medida de ser un embajador cultural muy importante de la UNRN, de la provincia y tal vez del país.

-Muchas gente cuando le hablan de música clásica dice que no le atrae, que no sabe nada sobre este género y en realidad cuando la escucha se da cuenta, no sólo que le gusta, sino que la conoce por películas, por la televisión, por cortinas de programas de radio, porque en realidad es más popular de lo que se reconoce.

-Sí, seguro, en nuestros conciertos van a escuchar música que sirve en los teléfonos celulares, en publicidades de autos, televisores o leche. Se llama clásica porque tontamente se la denomina así, se debería llamar simplemente música y está infiltrada en estratos distintos de la sociedad. Nuestra voluntad es que el repertorio que hagamos tenga música que puede ser reconocida no sólo por eruditos.

-En verdad, a pesar de lo que usualmente se cree, la llamada música clásica tiene sin dudas raíces populares, raíces folklóricas.

-Absolutamente, por eso nosotros tocamos música de raigambre estrictamente folklórica, como es Carmen (de Bizet), como las danzas rumanas de Bartok y como es el Malambo de Ginastera, un malambo de verdad pero escrito para gran orquesta por quien es quizás el nombre más importante de la composición argentina.

Una destacada trayectoria

El Maestro Facundo Agudín (argentino, 1971) además de llevar adelante el proyecto de la Sinfónica Patagonia, es el actual director artístico y musical de Orchestre Symphonique du Jura (OSJ), Suiza, Director artístico de la serie Musique des Lumières y de la compañía lírica Opéra Obliqua.

En 2007 recibió el 1er Premio del “Colin Metters Masterclass” junto a la Sinfónica de San Petersburgo y fue invitado a dirigir la Orquesta Filarmónica de Kislovodsk, la Sinfonieorchester Biel, la Prague Chamber Orchestra, la Orquesta Filarmonica de Buenos Aires y la State Opera Orchestra of Armenia.

Durante el período de 2006-2008, ha sido Director invitado de la Opera Nacional de Armenia. Ha dirigido la Orchestra CRT Torino, los Coros de la Unión Europea, la Sinfónica Aosta, la Orchestra Classica Italiana Torino y la Basel Sinfonietta.

Entre sus últimas producciones líricas se pueden mencionar Don Giovanni, Le Nozze di Figaro, Un Tango pour Monsieur Lautrec, Die Zauberfloete. Ha dirigido dos estrenos mundiales de Andreas Pflueger: la ópera Der schwarze Mozart (Basilea, 2006), y el Doble Concerto para cembalo y bandoneón (Praga, 2008); tres estrenos mundiales sinfónicos de Christian Giger (Ange, Les illusions de la chambre bleue, Un rêve de silence); el re-estreno de Capricorne de Jacqueline Fontyn (Praga, 2008) y el estreno mundial de Requiem de Christian Favre en coproducción con el Teatro Colón. (APP)

Fuente: APP Noticias

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