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Arte y matemática
Son numerosos los ejemplos que dan muestra de la relación histórica que mantienen el arte y la ciencia, entre ellos, uno de los más populares es el cine. La física Alejandra Figliola estudia esta interacción con dos ejes: el cambio en la forma de hacer arte a partir de la aparición de nuevas tecnologías y el análisis de objetos de las artes visuales en busca de rasgos científicos, principalmente matemáticos y físicos.
El arte y la ciencia siempre estuvieron ligados. Son numerosos los ejemplos que dan muestra de esta relación histórica. El Partenón, construido por los griegos en la antigüedad, es considerado una obra de arte exquisita que, a la vez, refleja las figuras geométricas estudiadas en ese momento. Los grabados japoneses de mediados de 1800 muestran dibujos de fractales naturales, figuras geométricas presentes en la naturaleza que fueron descubiertas por la ciencia un siglo después. Y también existen ejemplos más cercanos a nuestros días, como las películas del famoso cineasta inglés Alfred Hitchcock.
“En todas las culturas hay una profunda interrelación entre el arte y la ciencia, es decir, en el arte aparece todo el conocimiento de un pueblo y ese conocimiento implica también a la ciencia”, asegura a Argentina Investiga la física Alejandra Figliola, directora del proyecto “Arte y matemática III” radicado en el Instituto del Desarrollo Humano de la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS), integrado también por Gerardo Yoel, crítico de cine de la UBA, y por Elena Valente, experta en análisis del discurso de la UNGS.
Desde hace años, Figliola estudia la relación entre el arte y la ciencia con dos ejes: el análisis de objetos de las artes visuales en busca de rasgos científicos, principalmente matemáticos y físicos, y el cambio en la forma de hacer arte a partir de la aparición de nuevas tecnologías.
“La aparición de las nuevas tecnologías reemplazó las antiguas formas de hacer arte. La tecnología tiene una ideología, no es transparente, a veces pensamos que nosotros manejamos a la tecnología sin darnos cuenta de que ella nos está imponiendo sus reglas”, explica Figliola y ejemplifica: “Hoy en día ya no podemos pensar imágenes sin pensar en un pixelado. Esta es otra manera que tiene el artista de armar una obra, que difiere totalmente de las formas de filmar de los tiempos en los que empezó el cine, por ejemplo, con una tecnología que estaba más ligada a la química o a manejar todos los secretos del revelado. Entonces, eso va a ser una modificación considerable y vemos cómo rebota en la obra de arte”.
El cine es un amplio objeto de estudio. “En la película ‘Psicosis’, de Hitchcock, se notó una estética de líneas horizontales y verticales. Hay críticos que identifican la verticalidad con el personaje de Norman, los edificios alargados, su forma física, alto y flaco, que se va a encontrar con la situación más horizontal de Marion, la protagonista. Otra cosa notable es la simetría absoluta que muestra Hitchcock. En la mitad exacta de la película, la protagonista es asesinada en la ducha -una de las escenas más célebres del cine-, Norman toma la posta y pasa a ser el protagonista. Todo eso se puede concebir desde un sistema espejado, por completo simétrico y puede pensarse matemáticamente”, explica Figliola.
De hecho, la semilla germinante del cine fue la investigación. En 1874, Pierre Janssen implementó el “revólver astronómico” para registrar el movimiento de los planetas. Luego, Etienne Marey registró con un “fusil fotográfico”, en una placa única, las diferentes fases del movimiento de animales. Finalmente, Eadweard Muybridge estudió el galope de los caballos, descompuestos en una serie fotográfica y la proyectó en serie, es decir, le agregó el tiempo a la fotografía y la convirtió en cine.
“La primera etapa del cine fue experimental -apunta Figliola-, y esa es la idea del cine, hasta que los hermanos Lumière proyectan sus primeras películas a fines de 1800 y cobran la entrada. Es decir, el cine es un producto científico”.
Fuente: Universidad Nacional de General Sarmiento