Noticias
Armenia: magnífica opción turística ubicada entre Europa y Asia
Un país con raíces en las más antiguas civilizaciones; su capital, Ereván, fue creada antes que Roma. El más importante de sus muchos atractivos relegiosos, culturales y paisajísticos es el conocido Monte Ararat
Armenia es un país sumamente interesante para visitar porque tiene sus raíces en una de las más antiguas civilizaciones del mundo. Dotada de un rico patrimonio cultural, se destacó como la primera nación en adoptar el cristianismo como religión oficial en el año 301 y aunque Armenia es un estado constitucional secular, la fe cristiana desempeña un papel importante en su historia y en la identidad del pueblo armenio.
Esta república es un país del Cáucaso Sur y sin salida al mar. Comparte frontera al oeste con Turquía, al norte con Georgia, al este con Azerbaiyán y al sur con Irán y Azerbaiyán.
Cultural, histórica y políticamente, Armenia se considera como parte de Europa, sin embargo, su localización en el Cáucaso la sitúa en una supuesta frontera imaginaria entre Europa y Asia.
El patrimonio cultural armenio es riquísimo y ha sido coetánea hace más de 4.000 años de otros pueblos bíblicos como los asirios y los arameos.
Los armenios, atacados por años por distintos pueblos y víctimas del genocidio provocado por el imperio otomano, se vieron obligados a emigrar y actualmente la mayoría de su población reside en Rusia, Estados Unidos, Francia y Argentina.
Hace unos 2000 años, Armenia era un próspero reino bañado por los mares Caspio y Negro, rastros de lo cual constituyen varios atractivos turísticos de primer orden.
EREVAN
La capital armenia, Ereván, es más antigua que Roma, aunque las guerras y los terremotos apenas han dejado rastro de su milenaria historia.
Su edificio más emblemático es el Matenadarán, museo donde se estudia el origen del alfabeto armenio, una de las lenguas más antiguas del mundo.
Miles de manuscritos, piedras talladas, pergaminos, mapas y espectaculares miniaturas son los tesoros que alberga ese centro.
La Plaza de la República, que acoge la sede del Gobierno, la Cancillería y el Museo de Historia, es el corazón de la ciudad, aunque el edificio más bonito es, sin lugar a dudas, la Academia de Ópera y Ballet, que preside uno de los lugares de ocio más populares de la ciudad, la Plaza de la Libertad.
Aunque Ereván tiene su propia catedral, la de San Gregorio el Iluminador, la capital espiritual se encuentra a las afueras de la ciudad. Se trata de Echmiadzin, considerada la catedral más antigua del mundo y actual residencia del Catholicós, jefe de la Iglesia Apostólica Armenia. Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, fue construida a principios del siglo IV aunque ha experimentado numerosas reconstrucciones desde entonces.
RELIQUIAS
El complejo arquitectónico de Echmiadzin, que incluye un monasterio, alberga dos reliquias conocidas mundialmente. La primera es, supuestamente, el único resto del Arca de Noé que se conserva en el mundo.
La reliquia, una cruz de madera, fue a parar a Echmiadzin gracias al monje bizantino Iákob quien, según la tradición, peregrinó al monte Ararat, donde atracó el arca hace 5.000 años.
La segunda reliquia tiene mucho de leyenda, ya que al menos otros tres lugares en el mundo (Roma, Antioquía y Viena,) presumen de tener entre sus muros dicho tesoro. Se trata de la lanza con la que un centurión romano, Longinus, clavó el cuerpo de Cristo cuando este estaba colgado en la cruz para comprobar que había muerto.
La punta de la Lanza de Longinus o del Destino, que tiene forma de rombo, fue llevada supuestamente a Armenia por el apóstol Judas Tadeo y es una de las principales atracciones de los miles de turistas de todo el mundo que visitan anualmente Echmiadzin.
El museo al aire libre que es este país no termina aquí, ya que, según reza la tradición, en la iglesia de Odzún Santo Tomás se consagró a varios sacerdotes en el siglo I de nuestra era. Supuestamente, el santo trajo consigo la manta del niño Jesús que estaría enterrada bajo el altar.
A imagen y semejanza de Irlanda, todo el territorio de este país está salpicado por cruces de piedra grabadas, que en Armenia son conocidas como “jachkar”, que son considerados unánimemente el símbolo cultural del pueblo armenio y, en su versión de bolsillo, son uno de los “souvenir” preferidos de los visitantes, junto al famoso coñac armenio.
Otra de las singularidades de este país es que prácticamente la totalidad de las iglesias y edificios administrativos están construidas a partir de toga, una piedra caliza muy porosa. En su mayoría, es de color rosado, lo que da a las construcciones un aspecto majestuoso y, al mismo tiempo, arcaico.
EL MONTE ARARAT
El atractivo turístico armenio más promocionado es el Monte Ararat, que paradójicamente, se encuentra fuera de las fronteras del país -en territorio turco- desde 1920. Pero las mejores vistas de la montaña, considerada sagrada, se obtienen desde Armenia.
La silueta de ese volcán nevado de más de 5.000 metros de altura es imponente y es objeto de peregrinación por parte de creyentes y arqueólogos, quienes no pierden la esperanza de encontrar el arca de madera construida por Noé para sobrevivir, junto a su familia y a una pareja de cada especie animal, al Diluvio Universal.
En un día soleado, al igual que ocurre con el Fujiyama en Japón, su pico nevado se puede ver desde cientos de kilómetros de distancia, ya que Armenia es una altiplanicie de casi 2.000 metros de altitud media. El mejor mirador es Khor Virap, un monasterio fortaleza construido cerca de la frontera turca en torno al año 180 antes de nuestra. Actualmente, el edificación es destino de los turistas deseosos de tener una visión privilegiada del sagrado monte Ararat.
Armenia es un país extremadamente montañoso, lo que convierte a gran parte de su territorio en inhabitable, con la excepción de los ascetas que buscan aislarse del resto del mundo. Ese es el caso del espectacular monasterio de Tatev, construido a finales del siglo IX y que fue, durante la Edad Media, el centro intelectual de Armenia.
Actualmente, el recinto amurallado, situado en un paraje espectacular, conserva tres iglesias, una biblioteca y un obelisco que sigue siendo un misterio para los historiadores. A Tatev se llega a bordo del teleférico más largo del mundo (5.750 metros), travesía que dura poco más de 10 minutos.
No menos espectacular es el monasterio de Geghard que está parcialmente excavado en la roca y que es uno de los lugares más visitados por los turistas.
Originalmente conocido como el Monasterio de la Cueva, ya que los antiguos cristianos construían templos en cavernas de la zona, fue edificado en el siglo IV en una zona de acantilados para guarecerse de posibles invasores.
Armenia también ofrece magníficas oportunidades para los aficionados al ecoturismo, como es el caso del lago Seván, el más grande de la región del Cáucaso.
Situado a una altura de 1.900 metros, en sus orillas se pueden ver las ruinas que datan de antes de nuestra era y son pertenecientes al reino de Urartu, el primero en la historia de Armenia. Actualmente, Seván es un parque natural.
Otro punto turístico imperdible son las cataratas de Dzhermuk, que están situadas a más de 2.000 metros de altitud. Durante su vertiginoso descenso llegan a formar tres terrazas que alcanzan una altura de 68 metros.
La vegetación en las zonas montañosas es en ocasiones tan exuberante que, sumado a las referencias bíblicas, algunos historiadores consideran que el Jardín del Edén se encontraba situado en lo que es actualmente el territorio de Armenia. En concreto, aluden a la fértil región que rodea el lago Van.
Con todo, los paisajes más impactantes de este país se encuentran en el curso del río Azat, cuyos cañones dejan boquiabierto al visitante. Un viaje a ese paraje persuade a cualquiera que Armenia es un destino turístico excelente.
Fuente: El Día