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Germán, un manual de autoayuda contemporáneo
Se podrían llenar 427 estadios de River con todos los seguidores de Germán. Este fin de semana firmó ejemplares de su libro ChupaElPerro en la Feria del libro, opacando a las clásicas celebridades literarias. Más de 20 mil personas se acercaron a verlo. ¿qué lo convierte en un fenómeno de consumo cultural? El culto al ídolo se ve acompañado por enormes dosis de sacrificio por parte de él, que además mantiene un discurso de autoayuda. Natalia Paez y Carolina Duek siguieron al youtuber de cerca, y analizaron el porqué de su éxito.
“Hola amigo”, le dice el youtuber Germán Garmendia a un chico de 13 años que vino con sus padres desde Tres Arroyos. El niño lo mira embelesado, con gesto bovino. Germán le señala la cámara de fotos para que pose. “Foto, amigo…”. El niño no reacciona. Germán le firma el libro y lo despide. “¡Cuídate mucho!”. Detrás de la valla de contención la mamá toma fotos del momento.
La tríada de frases: “hola amigo/ foto amigo/ ¡cuídate mucho!” se repite (en un sinfín enloquecedor para cualquiera que no sea Germán) durante las diez horas en que firma libros en el Pabellón 8, un antiguo establo de La Rural. Afuera se escucha el coro de gente que pide por él, mucho más del doble de los que se irían con la firma. Son los que no pudieron entrar. Su manager había previsto que -para llegar a firmar a los 2500 que compraron la entrada- Germán debía demorarse como máximo 7 segundos por persona. Es decir, redondeando:
-Casi 10 personas por minuto.
-Casi 600 personas por hora.
-En 4 horas y media: todos contentos.
Cuando se trata de gente las cuentas nunca son exactas. Cinco horas después de haber empezado Germán llevaba sólo 1800 libros firmados. Los fans pasan por un costado y salen por el otro como en las fábricas las latas sobre la cinta transportadora. Beso, firma, foto y ¡cuídate mucho!
En la Feria del libro, el fenómeno Germán convive con la existencia de autores exitosos que, en comparación, pasan desapercibidos. El mismo día en que el Premio Nobel Mario Vargas Llosa paseaba con su novia por Buenos Aires -y a ningún medio parecía importarle demasiado- en la sala de prensa de la Feria del Libro se recibieron pedidos para ingresar 8 móviles de televisión y diez periodistas de medios gráficos que querían estar el día de la firma.
“Jamás -en 42 años de historia de la Feria del libro de Buenos Aires- una actividad así había llamado de esta forma la atención -no ya de la prensa- sino del público en general”, dijo Oche Califa, director cultural de la Feria del Libro de Buenos Aires.
Fuente: UNSAM