Noticias

La apertura de los sentidos

06/08 |

Ensayo literario. Las grandes novelas, según Javier Cercas, no conducen a respuestas únicas O fijas sino ambiguas y múltiples.

Las grandes novelas modernas conducen a un enigma final, a un dilema irresuelto, asociado a la ambigüedad de toda decisión moral, y esa indeterminación es la que justifica su existencia y su lectura. Esta es la idea que el escritor Javier Cercas despliega en El punto ciego , que reúne una serie de cinco conferencias que dictó en 2015 para la cátedra Weidenfeld de la Universidad de Oxford.

El título remite a una metáfora visual: desde el punto de vista óptico, el punto ciego, ubicado detrás de la retina, es un lugar que carece de los detectores de luz que posibilitan la visión. Paradójicamente, es a su vez el origen del nervio óptico: el punto ciego es, en definitiva, el que nos permite ver. Esa imagen le sirve al escritor para graficar una teoría sobre la novela moderna –que en los mejores casos complejiza y enriquece nuestra mirada del mundo– y que es también una reflexión lúcida sobre el sentido de la literatura.

El autor, que alude en su análisis a Cervantes, Kafka y Melville –aunque también refiere a Kundera, Vargas Llosa y otros–, sostiene que las obras plantean interrogantes –implícitos, morales– que no pueden responderse de forma inequívoca o taxativa y en cambio derivan en respuestas múltiples, abiertas, o incluso en la ausencia de respuestas.

¿Está loco el Quijote de Cervantes? La respuesta es sí, está loco. Y no, está endemoniadamente cuerdo. “En esa dualidad, en esa apertura, reside su verdad”, grafica Cercas. Del mismo modo, ¿quién es Moby Dick en la obra de Melville? ¿Una representación del bien, o del mal? ¿Dios o el Diablo? Nadie puede decirlo con exactitud y “en esa ironía insalvable, en ese punto ciego, empieza el significado profundo de la obra”, argumenta el español.

Hay una premisa teórica en esa bifurcación del sentido, que conduce a su vez a una definición sobre el género: la “verdad” literaria puede equipararse a una perfecta indeterminación. Finalmente, si la pregunta central queda sin respuesta –o la respuesta es la propia búsqueda–, la novela es el género que sólo admite las respuestas ambiguas, plurales, esencialmente irónicas, porque es sobre todo un dispositivo de conocimiento. Lo que la vuelve valiosa son, entonces, sus paradojas implícitas, su belleza indirecta, el hecho de posibilitar una apertura antes que una conclusión: “Escribir una novela consiste en plantearse una pregunta compleja para formularla de la manera más compleja posible, no para contestarla; consiste en sumergirse en un enigma para volverlo irresoluble”, dice Cercas en una conferencia.

Lo que podría objetársele al libro es cierta redundancia, que puede llegar a incomodar. La vocación pedagógica, propia de las clases, exigía acaso una edición más depurada.

Fuente: Revista Ñ

Imprimir Recomendar

0 comentarios

 

Hoy, en Universatil TV

Cafe con Egresados Marco Puricelli

Emprendedor XXI
Nuestros recomendados
Guía de investigadores
Ciencia y técnica
Guía de investigadores
Litus Educa
Medios Universitarios
Litus Educa
Pasantías y Oferta Laboral.
Universitarios
Pasantías y Oferta Laboral.
Revista Digital de Ciencias
Medios Universitarios
Revista Digital de Ciencias
Locos por la geología
Ciencia y técnica
Locos por la geología
Suplemento Cultural UNER
Cultura
Suplemento Cultural UNER
Blog de Decanato
Universitarios
Blog de Decanato

Portal realizado con herramientas de Software Libre bajo licencia GPL.